En el apogeo de la fiesta de pronto llega el momento de interpretar la canción del momento, únicamente se escucha la música, no está la voz del cantante, por lo tanto tampoco existe la preocupación de lograr el rango de voz correcto, se trata del karaoke, un invento japonés que se ha convertido en una sensación mundial.
Karaoke significa “orquesta vacía”, su origen se remonta a 1971, en ese entonces Daisuke Inoue era tecladista y baterista en un club en Kobe. Tocaba nagashi (una forma tradicional de música popular en Japón y Taiwán) en un grupo de músicos independientes que actuaban para los oficinistas y empresarios que visitaban el lugar.
Pero en Japón eran tímidos y no les gustaba cantar frente a otras personas, pero en los clubes nocturnos los músicos nagashi cantaban a clientes borrachos, pero uno de los clientes de Daisuke que estaba lejos de lograr una buena voz iba a realizar una fiesta con los accionistas de su empresa, así que le pidió reunir a la orquesta para afrontar el compromiso.
Sin embargo no se reunieron los músicos suficientes, y fue cuando se preguntó si realmente los necesitaban, tal vez era mejor grabar las pistas de acompañamiento con antelación y dárselas al empresario, sentando de esta forma las bases del karaoke, señala el artículo: El hombre que inventó el karaoke, la innovación japonesa que se convirtió en una sensación mundial, publicado en el portal de la BBC News Mundo.
"El sistema en su interior fue hecho por un electricista. Tomó un amplificador grande y lo rompió, lo puso dentro de la caja con el reproductor de cartuchos de un estéreo de automóvil. Y luego le pusimos un aparato para meter monedas para que la gente pagara por cinco minutos de canto", explicó Daisuke.
Sin embargo otra de las claves del éxito fue buscar las canciones populares, las alteró para estar en el rango de canto de la persona promedio y de esta forma un 80% lograra cantar con el karaoke. La primera máquina fue instalada en un bar de Kobe en 1971.
Su popularidad pronto comenzó a crecer, primero en Japón, después al este de Asia, en Estados Unidos el primero llegó a los Angeles en 1982.
En la actualidad las máquinas de karaoke se volvieron un elemento habitual de bares, discotecas e incluso el hogar. Teniendo en cuenta eso, se podría pensar que Daisuke se convirtió en un hombre muy rico... pero resulta que nunca patentó el invento.
Daisuke no ganó nada de su trabajo original en la máquina de karaoke mientras que la versión filipina, el sistema de karaoke Sing Along, fue finalmente patentado por Roberto del Rosario en 1975.
Pero Daisuke fue nombrado uno de los asiáticos más influyentes del siglo XX por la revista Time y en la Universidad de Harvard, en 2004, recibió el Premio Ig Nobel.