En julio de 2016, durante las fiestas de San Fermín en Pamplona, España, un grupo de cinco hombres ahora conocidos como “La manada” —por el nombre de un chat que tenían en sus celulares— violó a una mujer de 18 años en un portal en el centro de la capital. Al poco tiempo, ella decidió hacer la denuncia y comenzó un largo proceso que llamó la atención de las redes sociales y los medios de comunicación.
Pronto estalló la polémica y se puso en entre dicho la palabra de la joven, revictimizándola. Y no fue hasta que la misma población femenina pidió justicia que las autoridades dieron el veredicto justo contra los agresores y cambiaron la ley para que esto no vuelva a repetirse.
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Sobre esta historia trata Jauría, la obra de teatro que ha conmocionado al público español y que ahora será presentada por primera vez en México, bajo la dirección de Ángélica Rogel, en El Foro Lucerna, del 5 de septiembre al 16 de enero del año próximo.
Se trata de una obra escrita por el español Jordi Casanovas, quien decidió utilizar los documentos originales del juicio para evidenciar, desde la propia realidad, las peores caras del machismo y los alcances del pacto patriarcal.
“Yo creo que Jordi Casanovas aborda el tema desde la solidaridad. Es muy claro que sin mover una sola palabra muestra un documento en el que podemos ver a una mujer violentada de la peor manera, primero por sus violadores y luego por los defensas y el mismo código penal. Creo que para Jordi el hacer esta obra con los textos íntegros fue una forma de visibilizar y hacer que la justicia esté de lado de la víctima y no del victimario”, explica la directora en entrevista.
Así, el espectador se situará en la sala de audiencias de “La Manada”, cuyos cinco integrantes narrarán su propia versión de los hechos, donde se hizo evidente su cultura machista que les imposibilitaba reconocer el daño cometido, mientras ella relatará su propia perspectiva.
Luego los agresores se transformarán en sus propios abogados para revertir el juicio hacia la agredida, espacio en que ella padeció su revictimización. Al final, ella misma será la fiscal que afrontará los contradictorios argumentos de los agresores y sonarán los movimientos de la población por buscar justicia para esta mujer.
Angélica Rogel apuntó que la importancia del documento mismo radica en las consecuencias que éste tuvo, el cual, llevó a las autoridades a reconocer el hecho como un acto de agresión sexual y a implementar una ley que eliminó la distinción entere agresión y abuso sexual: “Sabemos que casos como éste pasa en México y en todas partes. Ahora tenemos que hacer que en todas partes el castigo sea mayor, que en todas partes los hombres dejen de tener esta educación de la violación y que sean conscientes de los efectos que la pornografía produce de pronto en sus cabezas”.
De igual modo, la directora señaló que el poner en escena este tipo de obras incentivan al cambio social y a la prevención de agresiones y delitos sexuales como los que se narran en Jauría, los cuales encuentran su seno en la misma educación.
“Una mujer también puede reproducir conductas machistas o violentas sin darse cuenta, al igual que un hombre. Yo creo que ver todo esto en películas, documentales u obras de teatro, puede ayudarnos a que algo se abra, se aterrice y mostrarnos realidades”.
