La población de 22 niños y niñas que se encuentran albergados con sus madres en ocho centros penitenciarios del Estado de México presentan una condición vulnerable pues la principal observación de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM) es que se garantice el interés superior del menor.
Asimismo, que reciban atención médica oportuna y eficiente, de alimentación acorde a su condición, que se habiliten espacios ex profeso para su desarrollo, que cuenten con derecho a un vestido digno, entre otras cuestiones, refirió Carlos Felipe Valdez Andrade, visitador general Especializado en Atención de Personas Privadas de la libertad del organismo defensor.
De igual forma, dio a conocer que a raíz de un pronunciamiento de la CODHEM emitido en 2020 y dirigido a la autoridad estatal penitenciaria y de Seguridad Pública, cuatro de los ocho centros penitenciarios que albergan a menores de edad por situación de reclusión de sus mamás, ya cuentan con espacios habilitados para su desarrollo.
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Los penales con esta área habilitada son lo de Neza, Santiaguito, Ecatepec y Chalco, sitios donde la autoridad penitenciaria con apoyo de la sociedad civil acondicionó espacios para las y los menores acordes para interacción, propias de su condición pues refirió que hasta los tres años de edad se permite que las madres en situación de reclusión vivan con sus hijos e hijas.
Refirió que derivado del seguimiento al pronunciamiento de 2020, se implementaron los mecanismos para concentrar a la población femenina en ocho centros penitenciarios, siete mixtos y uno exclusivo para mujeres con el fin de que tuvieran una estancia digna y segura en prisión.
Mencionó que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México vigila que se les proporcione de manera constante a los menores la atención médica que requieren, una alimentación acorde con su edad, necesidades básicas de vestido, así como el ambiente para su desarrollo.
Deben tener acceso a recursos que les permitan tener un libre desarrollo y la autoridad penitenciaria debe generar los espacios para un desarrollo saludable.
¿Cuántos menores viven así?
Mencionó que la población de menores albergados por la condición de prisión de sus mamás se vuelve una situación bastante compleja debido a que la autoridad penitenciaria está obligada a implementar los mecanismos necesarios para garantizar sus derechos humanos y de desarrollo.
Comentó que al cumplir los tres años, la autoridad penitenciaria en coordinación con el DIF estatal y la Procuraduría de la Defensa del Menor implementa los mecanismos necesarios y canaliza a los menores ya sea con algún familiar o en su defecto a los albergues.
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De acuerdo con el estudio "Las niñas y los niños invisibles en las cárceles de México", un Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2019, en México existían 362 niñas y niños que acompañaban a sus madres en reclusión; sin embargo, al no contar con datos exactos de todos los centros penitenciarios del país, se estima que en ese año sumaban más de 400 en esta situación.
Dicho estudio determinó que ese contexto afecta de manera diferencial a las niñas y niños, quienes principalmente son víctimas del hacinamiento y el autogobierno en esos sitios, aspectos que afectan su sano esparcimiento, y las expone a diversas dinámicas de violencia.