En México se tienen estimaciones que el 42% de los embarazos de niñas entre 11 y 14 años de edad son producto de una violación, estrupo o incesto por parte de algún integrante de su familia, aseveró Fabiola Pérez Serrano, presidenta estatal del Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias (CCME), quien urgió a las autoridades correspondientes a brindar atención oportuna a esta problemática, ya que hasta un 90% de estos casos no se denuncian.
Al referirse a los resultados que arrojó el proyecto Libélula, con base en el registro nacional de nacimientos de niñas y adolescentes, la representante empresarial pidió la intervención de la Fiscalía General de Justicia (FGJEM), las Secretarías de las Mujeres, Salud y de Educación, para resolver esta preocupante situación.
“Urge crear estrategias para combatir embarazos en niñas y adolescentes mexiquenses, porque hasta en un 42% de los casos son producto de una violación, por parte de algún integrante de su familia”, indicó.
Aunado a la cifra anterior, la presidenta del CCME comentó que existen otras cifras preocupantes del proyecto Libélula, puesto que de 605 embarazos en menores de 13 años, se desconoció en 252 quién es el padre; de los 4 mil 52 casos en niñas de 14 años, no se sabe quién es el papá en mil 176; y en los 15 mil 762 casos de las niñas de 15 años, no se sabe quién las procreó en 3 mil 538.
Ante este escenario, Pérez Serrano reconoció que los embarazos en niñas y mujeres adolescentes, además de ser un tema de educación sexual integral para la juventud, es una expresión de violencia estructural en su contra.
“Se trata de una tendencia preocupante. Los embarazos infantiles y adolescentes pueden tener graves consecuencias para las jóvenes, sus familias y sus comunidades, al ser consecuencia de los abusos de poder y manipulación por parte de una pareja mayor o una persona cercana a su círculo”, expresó.
También hizo hincapié en que muchas adolescentes embarazadas se enfrentan con dificultades para acceder a la atención médica, la educación y las oportunidades de empleo.
“Las mujeres víctimas de violación a menudo permanecen atrapadas en relaciones abusivas, donde su educación y su futuro se ven gravemente comprometidos. Aunado a esto, tenemos un aumento de la violencia intrafamiliar, erosión de los derechos de las mujeres y las niñas, así como aumento de los niveles de pobreza”, concluyó.