La alborada del 23 de mayo de 1947 para Toluca fue como todas. Apenas el sol iluminaba su cielo, las campanas desde sus torres parroquiales, con su metálico lenguaje entablaban sonora conversa.
Era el saludo mañanero para los habitantes de aquella ciudad, tan diferente a la de estos tiempos. Pequeña era. Por eso, uno de sus vates la llamó “Tacita de Plata”.
Era un pueblo grande, de aires provincianos. Razón por la que, otro poeta de su parnaso, de ella dijo: “Toluca, es la provincia y la provincia es la Patria”.
Mucho de aquella se ha ido. Linda era la de mayo de 1947. Nos la cambiaron en un abrir y cerrar de ojos. Nada queda de ella. Perdió su placidez provinciana.
Es diferente a la de antaño; como diferentes son quienes en la habitan. Nacieron en su entorno, pero desconocen su pasado.
La de hoy, es enorme. Moderna. La afean grandes edificios. Moles altas de cemento y fierro, roban sol a las casas de una planta.
Sus coliseos, y palacios emblemáticos, cayeron al golpe de la piqueta. Perdió sus grandes tesoros arquitectónicos; hoy, acreditarían genuino “Centro Histórico”.
La cruzan grandes avenidas, cada día más saturadas por vehículos automotores. Asiento es de expendios comerciales que, prescindiendo de nuestro lenguaje, se anuncian con vocablos anglosajones.
La pueblan grandes colonias, cada día más lejanas de su zócalo. Por su tamaño, ya no se le recorre a pie.
Es una agitada metrópoli carente de identidad, calidad que en el pasado le dio el carácter de una ciudad recatada.
De ese vertiginoso cambio ha sido testigo el diario nacido hace 15 lustros. El Sol de Toluca, como hoy se llama, presenciará las transformaciones que están por venir.
Además del saludo de las esquilas, a los toluqueños esa mañana quitó la modorra un pregón que ofrecía un novedoso periódico.
"¡El Diario de Toluca!", gritaban los voceadores. Circulaba un periódico recién nacido que, por primera vez, informaba sucesos locales, nacionales e internacionales. A partir de ese memorable día Toluca tenía un diario profesional, gracias a la iniciativa del empresario poblano José García Valseca, y al apoyo de la banca, la industria y el comercio toluqueños.
Fue un acto solemne de gran trascendencia la inauguración deEl Diario de Toluca.
Se leía en su primera página la nota principal, la de ocho columnas. De éstas cuatro reseñan el magno acontecimiento, en el que estuvo presente el gobernador del estado, Alfredo del Mazo Vélez.
Periodistas profesionales de la Ciudad de México testimoniaron la inauguración de sus talleres.
Ese primer número fue el punto de partida para la modernización periodística en Toluca.
Pronto se arraigó entre los lectores de la otrora ciudad. Ahora con el nombre de El Sol de Toluca, es el decano del periodismo estatal.
Sus lectores del siglo pasado estuvieron siempre informados de los grandes problemas nacionales gracias a sus columnas y no tenían que recurrir a rumores para explicarse los aconteceres de la vida social, económica, política del Estado de México.
Los de éste siguen informándose en sus páginas.
Y así será en mayo de 2047, al cumplir su primer centenario.
A partir de esa fecha, El Sol de Toluca iniciará la centuria que lo convertirá en un periódico de dos siglos.
¡Que así sea!.
*Cronista del Poder Judicial del Estado de México
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