Xonacatlán, México..- Con una sonrisa en su rostro y la entera disposición de participar en las que serían las votaciones más esperadas y controversiales de toda la historia de México, doña Victoria Romero Nava, de 96 años de edad, inició su día desde temprana hora.
Al recordar que hoy día el hecho de participar en los sufragios ya no es un impedimento para las mujeres, tal como ocurría en décadas previas al año 1953 cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma al artículo 34 de la Constitución a través del cual se daba “luz verde” al voto femenino, Victoria asegura que la diferencia entre épocas es palpable, pues mientras hoy existe la lucha por la igualdad de género, antes resaltaba el machismo, la hombría y la privación de las mujeres en la participación en temas políticos.
“En un principio mi papá era el que votaba, eran ellos los que tenían ese derecho pero nosotras como mujeres no, fue hasta después que se nos permitió participar en las elecciones. Como mi marido era de los enérgicos, de los violentos, de los que como dice el dicho, era de rancho, nos íbamos a votar pero se iba primero él y ya después yo. Nosotras -las mujeres- como que nos cohibíamos porque a nosotras nunca nos tocó votar”, explicó a esta casa editorial ante la presencia de sus familiares que atentos escuchaban las anécdotas de la mujer.
Al afirmar que desde que a la mujer se le permitió participar en las elecciones locales y federales ha apoyado al Partido Revolucionario Institucional, Victoria Romero aseguró que el hecho de que cada vez existan más partidos políticos y coaliciones es engorroso, pues lejos de brindar posibilidades diversas a los ciudadanos, en muchos de los casos se trata de “refritos”.
“Al principio no había otro partido y después surgió el PAN y después el PRD y después otros, pero ahora que ya son muchos candidatos y muchos partidos lo único que hacen es confundirnos, mayormente a nosotros, a las personas mayores. Es importante votar porque queremos que a nuestro pueblo lo apoyen, lo hagan crecer, que nos construyan hospitales, escuelas, eso es lo principal, el bienestar del pueblo”, sostuvo la mujer.
- Propuestas claras y contundentes
Los más de dos meses de campaña fue tiempo suficiente para que los candidatos a cargos locales y federales manifestaran sus propuestas, inquietudes y plan de trabajo, mismo que ya debió estar perfectamente estructurado para conocimiento de los ciudadanos, aseguró Doña Victoria Romero desde el sillón de su casa, lugar desde el que explicó que la participación ciudadana en los sufragios es obligatoria.
Agregó que en su caso, los comicios son importantes pues definen el futuro de sus 10 hijos, 32 nietos, 39 bisnietos y un tataranieto, descendencia que es el resultado del profundo amor que se tuvo con su esposo, Don Lorenzo Estrada, a quien conoció durante sus constantes viajes de la Ciudad de México a Xonacatlán.
“De nosotros depende el quién nos va a gobernar, es nuestra obligación como ciudadanos participar en todas las elecciones que haya, al menos para mí es una preocupación el futuro de mis hijos, de mis nietos y de mis bisnietos, porque quién sabe cómo les vaya a ir y la situación cada día es más difícil, los precios de las cosas son más altos y esa es la preocupación de uno”.
- Una vida de carencias y superación
Desde muy corta edad Doña Vicky, como también se le conoce entre sus allegados y quien es la segunda de seis hijos, tuvo que viajar constantemente de Xonacatlán a la Ciudad de México, puesto que su padre se desempeñaba como panteonero en el Panteón Francés, lugar donde presenció el sepelio del que fuera presidente de México en el periodo de 1911 a 1913, Francisco Ignacio Madero González.
Pese a que la pobreza era el “pan de cada día”, el trabajo arduo y constante de su padre y su madre fueron vitales para que la familia Romero Nava saliera adelante.
“Mi papá trabajaba en el panteón Francés y mi mamá trabajaba en el campo, ella era originaria de Xona y tenía unos terrenitos que mi abuelito le dejó, entonces ella sembraba la milpa y nosotros le ayudábamos con la milpa, sacábamos la hierba, sembrábamos habitas, frijol y maíz. Estábamos un tiempo aquí y otro tiempo allá con mi papá. El trabajo siempre estuvo presente en nuestra familia y fue gracias a eso que logramos salir adelante”, finalizó.
