Toluca, México.- El día del terror, fue el 19 de septiembre de 2017. Las nuevas generaciones sintieron en carne propia lo que sus padres en el terremoto de 1985.
“Yo sólo pensé en mis hijos, la mente se me borró”, recuerda Elizabeth. A un año de la tragedia, el momento sigue presente como una fotografía. La angustia es para siempre.
Estaba en mi trabajo en la zona de Tecamachalco, cerca de Observatorio, nos agarró en un quinto piso, y no pudimos salirnos.
Esa mañana, como cualquier día de rutina, había salido de San Pedro Xalostoc, en Ecatepec, se despidió de sus hijos antes de dejarlos en la escuela y partió rumbo a su trabajo. Unas horas después, el terror comenzó.
“Sabemos que duró unos segundos, pero para mí fue una eternidad, tuve mucho miedo de morir y no dejaba de pensar en mis hijos”, añade la sobreviviente del sismo.
Relata que ese día suspendieron actividades, todo mundo quería regresar a su casa para saber lo que habría ocurrido con sus familiares, pero las líneas telefónicas y el transporte público había colapsado.
Tuve que tomar un taxi desde el trabajo hasta la casa para ver a mis hijos, sentía mucha angustia, afortunadamente no les pasó nada.
Su historia resulta un reflejo de lo ocurrido a millones de mexicanos que sobrevivieron y pasaron el sismo en el corazón de la Ciudad de México.
Entre los protocolos que se han establecido previo al 19 de septiembre, es no estar en edificios demasiado altos. También tener prevista la mochila de vida, documentos y números de emergencia a la mano. Las familias no miran como un imposible que vuelva a repetirse el terror.
A más de 70 kilómetros de distancia, Liliana tiene una historia similar de ese 19 de septiembre. Ella pasó el sismo en Toluca, y pese a la distancia de la gran magnitud del desastre, temió por su vida.
Me acuerdo que había ido por mis hijos, cuando pasó el temblor estuve con ellos en la calle frente a la escuela, los abracé y no pensé en otra cosa que protegerlos.Lili.
Entre sus memorias lleva que los vehículos estacionados eran empujados como juguetes por el movimiento telúrico. La ciudad se movía de un lado a otro.
Había muchos niños afuera de la escuela que estaban solitos, sólo algunas mamás alcanzamos a abrazarlos para que no lloraran pero todo era un caos.
Toluca fue una de las ciudades que padecía menos daños, pues el desastre se dejó sentir más en las cabeceras de Tenancingo, Joquicingo y Ocuilan.
Para tomar en cuenta:
14 muertos dejó el sismo del año pasado
2 historias relatan la misma angustia
12 municipios del Edomex fueron afectados