Los abogados actuales son formados mediante una educación memorística de leyes y códigos, los cuales se pueden aprender por cualquier persona aunque no sea licenciado en derecho , coincidieron Erik Garay Bravo, César Flores Díaz y Elizabeth Fernández Rojas, doctores en Derecho, catedráticos y participantes en el panel magistral “La importancia de la filosofía del derecho en la vida del abogado".
En el marco del evento celebrado en el Auditorio “Isidro Fabela Alfaro”de la Facultad de Derecho, los especialistas explicaron que los abogados requieren una formación responsable basada no solamente en la práctica, sino también en la ciencia y en la filosofía del derecho para comprender mejor los hechos sociales actuales y poder responderle a la sociedad de la que son partícipes.
Sostuvieron que la educación del derecho se ha vuelto una educación memorística de leyes y códigos, los cuales pueden ser aprendidos por cualquier persona aunque no sea licenciado en derecho.
Es por ello, dijeron, es necesario reflexionar en el sentido de que el derecho no es sólo normas jurídicas, sino que hay contenidos necesarios para explicar fenómenos como los derechos humanos, la dignidad humana, la causalidad en el delito, la muerte asistida, etcétera.
Y es que, subrayaron que de nada sirve una Constitución tenga más de 700 reformas, si los ciudadanos no tienen el menor recato en cumplir esos mandatos constitucionales, lo que también incluye a los abogados, quienes deben ser ejemplo y referente de la ética personal y profesional.
También, los panelistas hablaron de la situación que viven las barras y colegios de abogados en el país y en el Estado de México, y aseguraron que estas asociaciones deben estar a la altura del sistema anglosajón, en el que las barras y colegios son un filtro posterior a las universidades de derecho, porque están casi a la misma altura que las mismas universidades.
Sin embargo, detallaron que lo que sucede en México y en específico en el Estado de México, es lamentable y deshonroso, pues las barras y colegios son solo un centro de imputación política que nada tiene que ver con los fines para los que fueron creados, sin que exista la mínima comparación con los verdaderos colegios y barras profesionalizantes en el ámbito de lo jurídico.
Como conclusión, los panelistas expresaron que la solución a los grandes problemas sociales no reside en las normas jurídicas, sino en la ética personal y profesional de los seres humanos, quienes deben estar conscientes de lo debido, toda vez que el error no está en las normas jurídicas, el error está en los seres humanos que no desean cumplirlas.