Académicos de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) coincidieron en señalar que la designación de Victorino Barrios como contralor universitario es un acierto, es adecuada y a la altura de los tiempos que vive la institución.
Esto por la experiencia que tiene en temas relacionados con la transparencia y rendición de cuentas, formada durante los 16 años cuando estuvo al frente de la contraloría del Poder Legislativo.
“Una persona que, de acuerdo con su formación profesional, el ejercicio en el que se ha desenvuelto en los últimos años nos debe de dar una primera confianza de que el trabajo tiene que ser, en primer lugar, muy profesional y a la altura de las exigencias, de los cambios que se deben de dar en nuestra sociedad”, comentó el profesor Eduardo Rodríguez Manzanares, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
“Vino a caerle bien a la universidad, la designación de un contralor externo en esta última recta de la administración del doctor Alfredo Barrera Baca, le vino a caer bien, el maestro Victorino es un profesionista muy capaz, muy profesional, había realizado funciones de contralor en la Cámara y las había realizado de manera muy óptima”, externó el académico de la Facultad de Derecho, Erick Velázquez García.
Los académicos esperan que la designación no obedezca a intereses de partidos políticos y confían en que Victorino Barrios no llegue a buscar fallas dónde no las hay, pues en la idea de fortalecer a la universidad en temas financieros, no convendría realizar una cacería de brujas, señalaron.
Los académicos esperan que llegue con la ley en mano para denunciar las posibles irregularidades y se apliquen sanciones conforme a derecho.
Entre los retos que los académicos enunciaron del nuevo contralor, destacan las deudas que arrastra la universidad desde administraciones anteriores a la actual y el tema de los "aviadores" dentro de la universidad, pues dijeron que esta problemática se ha convertido en un mal financiero y académico en diversos espacios universitarios.
Los académicos pidieron que el nuevo contralor no tenga encomiendas de partidos políticos, pues de obedecer a lógicas partidarias entorpecería el cambio democrático.
Incluso coincidieron en que el proceso de selección fue democrático y es crucial para los procesos democráticos de 2021.