Acuden por la cruz de ceniza católicos vallesanos

Los templos dieron el signo de ceniza de 17:00 a 21:00 horas, mientras que en la parroquia de San Francisco de Asís hubo horarios escalonados

Arturo Aguilar | El Sol de Toluca

  · miércoles 2 de marzo de 2022

Fotos: Arturo Aguilar | El Sol de Toluca

El Covid-19 volvió a obligar a los templos católicos a dar la ceniza al pie del atrio en el municipio de Valle de Bravo.

Por horarios definidos, fue la manera en que se colocó el signo de la cruz de ceniza en la frente de los feligreses católicos como recordatorio de que el humano se hizo del polvo y en polvo se convertirá a la hora que deje éste el mundo terrenal.

Uno a uno acudió a la parroquia de San Francisco de Asís ubicada en el centro de Valle de Bravo, la cual estuvo abierta de 9:00 a 10:00, de 12:00 a 14:00 y después de las 17:00 horas para los creyentes que acudieron al acto católico con el que inicia la Cuaresma.

Se dará el signo de la ceniza en la entrada de los templos y los fieles podrán entrar brevemente, máximo dos minutos, a oración y salir, evitando aglomeraciones”, explicó el párroco de Valle de Bravo, Miguel Ángel Saldaña.

En las afueras de la parroquia, la fila de los creyentes respetó la “sana distancia”, quienes conscientes del Covid-19, acataron las medidas de mitigación contra el virus SARS-CoV-2.

En los demás templos del municipio, el de la Virgen de Guadalupe, el Cristo Negro y la Virgen de San Juan de los Lagos, ubicados en el barrio La Capilla, Santa María Ahuacatlán y Otumba, respectivamente, dieron el signo de ceniza a partir de las 17:00 horas.

Asimismo, en los templos ubicados en las comunidades del municipio tuvieron la misma dinámica a partir de las 17:00 y hasta las 21:00 horas.

Yo vengo a tomar ceniza porque es una enseñanza que me dejaron mis papás, mis abuelos, y es importante para nosotros como católicos porque es el inicio de 40 días de preparación espiritual para la Pascua”, explicó Carmen Díaz, vecina de Valle de Bravo que tomó ceniza.

Con este signo de fe, da inicio los 40 días que Jesús permaneció en el desierto antes de su pasión, por lo que los feligreses acuden con devoción para confirmar la creencia de la muerte del hijo de Dios en la tierra.

Nos preparamos espiritualmente para la muerte de nuestro señor Jesucristo, es una manera de, como él, aguantar lo que más nos gusta por 40 días a pesar de que nos tiente el diablo”, refirió Carmen Díaz.

Con esto, es el segundo año consecutivo en el que los feligreses acuden a los templos católicos en medio de la pandemia, siendo una toma de ceniza atípica, pero no dejando de cumplir con la fe que marca los cánones religiosos.