Cientos de personas que trabajan como repartidores de alimentos, con ayuda de plataformas digitales como UberEats, se encuentran en la incertidumbre laboral y de seguridad social, pues además de que a diario se ven obligados a salir a trabajar, no cuentan con seguridad social que les permita recibir atención médica para hacer frente a un contagio por COVID-19.
Pese a ello, la gran mayoría ha adoptado medidas de seguridad personal, tales como el lavado de manos frecuente, mismo que realizan en restaurantes, pizzerías y otros centros de venta de alimentos.
A estas se suman el uso de cubrebocas y de alcohol en gel al 70% como mínimo, pero se mantienen en contacto con gente desconocida.
“La verdad es que en nuestro caso estamos obligados a salir sí o sí, no tenemos un salario fijo y nuestra ganancia depende del número de viajes que realicemos al día”, explica Pedro, repartidor en motocicleta de UberEats.
Esta plataforma transnacional, no otorga a sus afiliados seguridad social, ni prestaciones, lo que pinta un panorama todavía más difícil para los trabajadores que día a día se exponen a la pandemia que ya está cobrando vidas en México.
Se mantienen servicios
Mientras que los servicios de Uber y DiDi disminuyeron su demanda, en el caso de los UberEats se han mantenido, e incluso, algunos trabajadores consideran que han repuntado un poco, derivado de la estancia en casa de cientos de personas que realizan “home office”.
“En la última semana sí se ha visto una diferencia en los servicios, algunos dicen que han bajado pero para mí siguen estando prácticamente igual, es más, a veces hasta saco un poco más que lo de costumbre, precisamente porque muchos están trabajando desde casa y no tienen el tiempo de preparar sus propios alimentos”, agrega el joven de 25 años de edad.
Pedro vive con su madre y dos hermanas, quienes también trabajan por su cuenta, lo que hace un poco más llevadero los gastos de su casa.
“Yo me la paso haciendo viajes todo el día, si a caso paro para irme a comer en horarios que consideramos como muertos, porque bajan los servicios. Estos generalmente son después de las 5:00 de la tarde”, informa en entrevista telefónica.
Al cuestionarle si le es redituable trabajar como repartidor de alimentos, Pedro asegura que es un empleo temporal en lo que encuentra algo mejor.
“Antes de la pandemia ya estaba buscando trabajo, pero como no encontraba decidí meterme de repartidor en lo que encontraba algo, pero con esto del virus se puso más complicado y por lo que se ve, las cosas no van a regresar a la normalidad tan pronto”, detalló.
El joven, dijo que si logra hacerse por lo menos 20 servicios al día con tarifa alta, puede tener una ganancia de casi mil 500 pesos por semana, pero con las propinas que llega a recibir a veces alcanza los dos mil pesos.
En ese contexto, llamó a la ciudadanía a hacer uso de las plataformas digitales y repartidores independientes para la compra de comida, pues de esta manera se mantienen económicamente activos cientos de personas que sobreviven de esta manera.
“Yo sí les pediría que sigan pidiendo servicios, que no nos paralicen, que nos mantengan activos, porque muchos vamos al día y no tenemos otros ingresos”.