Debido a los elevados costos que hoy en día tienen los alimentos de la canasta básica y que cada vez se vuelve más difícil ponerlos sobre la mesa, José quien diariamente acudía junto con Juanita su esposa a comer por 10 pesos en los comedores comunitarios que desde el 2019 fueron cerrados por el gobierno federal, pidió reabrir estas cocinas.
Guadalupe Martínez, quien era la vocal de un comedor comunitario ubicado en el centro social Los Sabinos del municipio de Coacalco, afirmó que son los abuelitos de más de 90 años los que sufren ahora por la comida.
“El último apoyo de alimentos que recibimos por parte de la Secretaría del Bienestar fue a finales de noviembre de 2018, por lo que en los últimos dos meses implementó medidas de ahorro e incluso, aseguró, ella puso los gastos para que el comedor no dejara de funcionar.
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Esta problemática se repite en casi todo el Valle de México los únicos que han regresado el programa alimenticio de comedores comunitarios son: Coacalco, Tlalnepantla, Metepec, Toluca, Naucalpan y Atizapán.
Lupita recuerda que el comedor Los Sabinos atendía aproximadamente a 70 personas al día. “Yo ya no recibí nada desde los últimos días de noviembre del 2018. Con lo que tenía ahorrado me alcanzó para hacer guisos en los últimos dos meses, pero ya no pude aguantar más y cerré el comedor en perjuicio de muchas personas de la tercera edad”.
No es posible que este programa se haya eliminado desde hace 5 años y hasta el momento sean solo 6 gobiernos municipales del Estado de México los que tengan el servicio de alimentos casi gratuitos porque es simbólica la cantidad que están cobrando.
Hasta el momento la Secretaría del Bienestar federal no ha dado a conocer las reglas del funcionamiento y operación de los comedores comunitarios.
Lucero Rodríguez y sus dos hijos, una niña de 15 años y un niño de 9 almorzaban todos los días arroz con huevo. Ella era usuaria de un comedor comunitario ubicado en el centro del municipio de Tultitlán que funcionaba de lunes a sábado, pero fue cerrado.
La familia encontraba un buen plato de comida que les permitía atenuar la difícil condición de pobreza, ahora vive en la calle y con ayuda de algunos familiares sobrevive.