Toluca, México.- Entre los años 1981 y 2014 hubo 30 países que privatizaron total o parcialmente sus sistemas de pensiones, en privatizaciones apoyadas por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la OCDE.
Sin embargo para el 2018 de esos 30 países 18 han revertido la privatización, es decir, el 60% del total y lo hicieron tras la crisis financiera de los años 2007 y 2008, explicó el economista Samuel Arellano del CIESS.
Con esos datos, advirtió, se puede concluir que el experimento de privatización fracasó, no dio los resultados esperados, pues no hubo un solo país donde no disminuyera la cobertura con familias afectadas.
Además, hubo altos costos de transición y presiones fiscales.
El especialista explicó, en el foro para discutir una nueva Ley del ISSEMYM, que el gasto en pensiones para el 2018 en el país fue de más de 600 mil millones de pesos y aunque se dice que es muy alto, no es tan grave, pues resultó más caro el costo de transición de un sistema a otro.
Exhibió que los costos administrativos son caros porque en cinco años de aportaciones los trabajadores apenas alcanzan a pagar esos gastos.
Otra evidencia del fracaso de privatizar pensiones es el riesgo de fluctuación en mercados financieros pues se trasladó el alto riesgo para los trabajadores y pensionados y una desigualdad hacia las mujeres, quienes en un sistema de cuentas individualizadas ganan menos.