Agoniza presa Ignacio Ramírez en Salitre de Mañones por basura

En un tramo de un kilómetro a las orillas de la laguna ubicada en Almoloya de Juárez, hay depósitos de basura, en su mayoría pet, aunque también animales muertos

Filiberto Ramos | El Sol de Toluca

  · viernes 11 de agosto de 2023

Foto: Daniel Camacho | El Sol de Toluca

A lo largo de un kilómetro sobre la orilla de la presa Ignacio Ramírez, la alta contaminación con basura provoca que el cuerpo de agua esté en riesgo.

La zona con mayor contaminación es a las orillas de la comunidad de Salitre de Mañones, donde la basura flota en el agua, de manera metafórica, como si fueran peces muertos.

El agua arrastra a las orillas botellones, balones, frascos de medicamentos, muñecos sin cabeza, pañales y perros muertos cada vez que baja el nivel. Y pareciera que la laguna lo hace como su forma de defensa.

De acuerdo con pobladores de la zona sondeados, la contaminación se genera todo el año por los visitantes que dejan residuos y también por vecinos que usan la laguna como depósito de desechos.

"Por una parte es por los visitantes que vienen y dejan basura y por otra, los mismos vecinos que van y tiran de todo", señalaron pescadores echando culpas de un problema que los acarrean también a ellos.

“Nadie le va a decir tira basura, pero lo hacen”, dice Lalo, quien se pasea con un martillo por las orillas y dice que va de prisa a hacer un “trabajito” para no acompañarnos a la zona contaminada.

Foto: Daniel Camacho | El Sol de Toluca

El tiradero es evidente. Se camina un poco y detrás de unas lomas de tierra aparecen cientos de botellas de plástico que “escupe” el agua a las orillas. Y aparentemente a nadie, ni a los pobladores ni autoridades, les interesa.

"Hace algún tiempo el doctor de la clínica organizaba limpiezas", indica un pescador. A la orilla encontramos tres bolsas tipo jumbo con basura recolectada de alguna campaña de limpieza que quedó a medias.

La basura convive con la fauna lacustre que intenta crecer. Las garzas y los patos no se acercan, quizás porque perciben que esa orilla está contaminada.

Desde las alturas, con ayuda del dron, se puede observar más la magnitud de la contaminación. La cual se estira en una franja de casi un kilómetro.

EL SANTUARIO PELÍCANO Y DE FLAMENCO

De dos años a la fecha, se han avistado más pelícanos americanos y flamencos rosados. Desde la orilla de cualquier punto de la presa, se logran apreciar con los plumajes que resaltan entre patos y garzas, cuentan los lugareños. Las aves vuelan cientos de kilómetros y en las aguas contaminadas de la presa hallaron refugio.

Su periodo de migración va de los meses de noviembre a febrero, por lo regular, aseguran los vecinos.

UNA LAGUNA EN RIESGO

La presa Ignacio Ramírez, que coincide con al menos cinco poblados, es el sitio de las actividades de la pesca tradicional de mojarra, carpa, e incluso ajolotes.

Foto: Daniel Camacho | El Sol de Toluca

Asimismo, es hábitat de patos silvestres, garzas y durante el invierno de pelícanos americanos y flamencos que migran del norte del continente.

Pero la laguna presenta severos riesgos por la caza furtiva de las aves y la contaminación de sus aguas con el drenaje de los poblados.

También es evidente que en toda la presa hay caza inmoderada de especies silvestres. Se hace de forma constante para la alimentación de los pobladores, a la par de la pesca. Se pudo localizar a las orillas rastros de casquillos de escopeta y plumas de aves que habitan en la presa.

Foto: Daniel Camacho | El Sol de Toluca

Asimismo, se contaron varios riachuelos formados por los drenajes que bajan de las viviendas y que no están sometidas a ningún tipo de filtro.

CAZA DE ESPECIES

Los días más calurosos, entre los meses de noviembre a enero, es cuando se pueden ver nadar y tranquilos a los pelícanos americanos y flamencos rosados, dice Eliseo, un pequeño pescador de San Agustín Las Tablas. Desde la orilla es complicado apreciar a las aves, pero el niño las ha visto de cerca cuando echa las trampas de sus redes a los peces. También los ha visto volar, cuando les disparan los cazadores de la zona.

Foto: Daniel Camacho | El Sol de Toluca

En San Agustín Las Tablas y otros poblados que cohabitan a la orilla de la presa, no saben cómo convivir con esta especie silvestre, y por eso los cazan y los ven con curiosidad, sin saber si están en peligro de extinción.

"Aquí andan los patos, las gallinas (una especie de pato), así les decimos a los otros patos, esos, los negros", explica el pescador señalando a lo hondo del lago subido a su lancha.

Foto: Daniel Camacho | El Sol de Toluca

"A los otros, a esos me dice mi papá que no se les debe disparar", señala, al referirse a los pelícanos.

La presa está a unos 40 minutos de distancia de Toluca y colinda con el municipio de Almoloya de Juárez y por el momento es un santuario que no está en la agenda de las autoridades.

Foto: Daniel Camacho | El Sol de Toluca