“Ahorita nos está pegando todo": lancheros de Valle de Bravo

Prestadores de servicios turísticos no solo enfrentan las consecuencias de la pandemia por el Covid-19; también el bajo nivel de agua en la prensa

Redacción | El Sol de Toluca

  · domingo 23 de mayo de 2021

Cortesía | Arturo Aguilar


La presa de Valle de Bravo es el lugar de trabajo de más de 60 familias que ofrecen los recorridos en lanchas y yates para quienes visitan este cuerpo de agua, el cual está por debajo del 50% de su capacidad total.

Ciertamente estamos viviendo una crisis, venimos de una pandemia y luego este tema del lago, entonces sí es alarmante, hay empresas que de plano no se sostuvieron, hay otras que están a punto de quiebra, entonces es necesario la reactivación”, declaró Alicia Rodríguez, prestadora de servicios turísticos gastronómicos de Valle de Bravo.

Desde que se visibilizó el problema de la falta de agua en la presa de este municipio, el pasado enero de 2021, los cooperativistas lancheros descansan tres días a la semana, desde el martes hasta el jueves, pues son días ‘muertos’ donde el turismo es nulo.

Cortesía | Cooperativistas Valle de Bravo

Ahorita nos está pegando todo, nos está pegando por un lado la piratería, por el otro lado no podemos cargar nuestra máxima capacidad de gente por las normas sanitarias”, señaló Francisco Camacho, lanchero vallesano.

Y es que de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), hasta el pasado 19 de mayo de 2021 la presa de Valle de Bravo reportó 190 mil 336 millones de metros cúbicos de agua almacenada, lo que representa el 48.26% de su capacidad total.

Este nivel hace más difícil la labor de vender los paseos en lancha, pues ya no es atractivo para el turista caminar más de 500 metros lineales desde el embarcadero municipal hasta la orilla del lago.

Más de 60 familias que dependen de esta actividad no pueden renunciar a esta actividad laboral, pues a pesar del nivel bajo de la presa, siguen ofreciendo los recorridos.

Con una velocidad de siete kilómetros por hora, pueden recorrer la orilla de la presa en poco menos de dos horas. Cuando de manera habitual, es decir, cuando el nivel del agua supera el 90% de su capacidad total, este mismo recorrido se hace en tres horas a la misma velocidad.

El recorrido por la presa de Valle de Bravo está en 800 pesos por lancha, cuya capacidad de transporte también se ha visto mermada por las restricciones de la Covid-19, complicando aún más la labor de convencimiento para ofrecer este servicio.

Señalan los lancheros que sólo cinco personas pueden llevar como máximo en cada recorrido.


Retos de los lancheros cooperativistas

El turismo ha presentado una serie de afectaciones en los últimos meses por dos fenómenos que preocupan a quienes se dedican a esta actividad económica.

Una es la pandemia y la otra los niveles bajos de almacenamiento que presenta la presa, que han agudizado y alargado la recuperación económica de quienes viven de las actividades acuáticas en el Pueblo Mágico.

El primer reto que están enfrentando los lancheros cooperativistas para ofrecer su servicio es la Covid-19. Este virus atemoriza a quienes brindan los servicios turísticos, pues su sustento familiar depende directamente del trato personal con los visitantes.

La piratería es otro problema que provocó también la Covid-19, mal que aqueja los bolsillos de los lancheros, pues ahora se enfrentan a personas que ofrecen el mismo servicio por menor precio.

Como todo mundo sufre los estragos de la pandemia, no hay trabajo, no hay nada, tienen su lancha y ellos hacen su lucha, y digo también es válido, porque tienen que llevar comida a su familia, y si tienen una lancha, pues se ponen a piratear”, explicó Camilo Valle, socio de la cooperativa.

La piratería, sin lugar a duda, es el principal mal que sufren los lancheros legalizados, pues sus precios no son competitivos ante los de ellos, ya que los cooperativistas deben pagar el seguro de los pasajeros, los permisos de navegación que les exige la Capitanía de Puerto y los permisos de los muelles.


Afectaciones por bajo nivel en actividades turísticas

Esta situación no sólo ha afectado a los lancheros que viven directamente de las actividades acuáticas que ofrece la presa, sino que también ha afectado otros giros turísticos.

Por supuesto que afectan (los bajos niveles de la presa), hemos tenido turismo y es incómodo cuando te preguntan el porqué está el lago así, pues ahora ya caminas por la costera y hay un olor desagradable por la contaminación”, describió Alicia Rodríguez.

La prestadora de servicios gastronómicos explicó que la presa genera una impresión negativa para los turistas que ven el actual nivel del embalse, los cuales comparan los niveles con años anteriores, donde estos eran óptimos.

Preocupados por la situación actual, los prestadores de servicios turísticos acuáticos y gastronómicos han pedido a las autoridades incentivar el turismo y frenar el bombeo de agua que se distribuye a la Ciudad de México y el valle de México.

Invitan a los turistas que no sólo visiten Valle de Bravo en los fines de semana, sino también entre semana para reactivar a las empresas que han logrado sobrevivir ante tales embates.

De acuerdo con el Ayuntamiento de Valle de Bravo, en abril de 2020 realizaron un censo de actividades del sector turístico y contabilizaron cuatro mil familias vallesanas que dependen directamente de las actividades propias del turismo como la hotelera, gastronómica, acuática, deportes extremos y artesanías.

Esta cifra ha cambiado inevitablemente debido a los constantes cierres de empresas que no han soportado la crisis económica que la Covid-19 y el bajo nivel de la presa vallesana.

El tema de los lagos en predios privados que desvían el cauce de los ríos para alimentar estas represas también impacta el nivel actual del embalse de Valle de Bravo.

Especialistas en la materia argumentaron que si los lagos privados no son sustentables, sí afectan el nivel de la presa de Valle de Bravo, pues durante el estiaje también deberían tener sus niveles de almacenamiento bajos.