Al alza violencia contra las mujeres

Este año se han cuantificado 200 homicidios de acuerdo al Sistema Nacional Seguridad Pública

Por Filiberto Ramos

  · viernes 24 de noviembre de 2017

Foto ilustrativa

Toluca, México.- La Alerta de Género para 11 municipios mexiquenses se activó el 28 de julio del 2015. Su objetivo era garantizar la seguridad de las mujeres, el cese de la violencia en su contra y eliminar las diferencias en la ley. Dos años después, y en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, celebrado este 25 de noviembre, las cifras de asesinatos indican que la realidad no ha cambiado, pues el dolo contra este sector cuantifica más de 200 homicidios de mujeres en 2017.

Las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública revelan que de enero a agosto del 2017 en el Edomex hubo más de dos mil denuncias iniciadas por diferentes delitos sexuales contra mujeres.

Mientras que los datos del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), registra del año 2011 al 2013 un total de 840 asesinatos de mujeres en la entidad, de los que sólo 145 fueron tipificados como feminicidios.

Estas cifras indican parte de la realidad, las historias de aquellas que ya son víctimas, lo dicen todo.

 

Valeria

El único recuerdo que tiene Valeria de su primera pareja, son los golpes que le propinaba en el rostro. Ella decidió dejarlo cuando supo que su hijo podría ser la siguiente víctima.

—No es que uno sea cobarde, sino que es difícil darse cuenta, —revela Valeria. Ahora tiene dos hijos que le dejó su primer matrimonio, se mira desgarrada y con ojos tristes, pero segura de sí misma en que reaccionó a tiempo.

Su error fue enamorarse. Se dice sobreviviente de la epidemia que se sufre en silencio al interior de los hogares en el Estado de México.

Ese error de entregarse y recibir más que amor, el dolor de puñetazos, lo cometió dos veces. Era una mujer que se ilusionaba. Ahora no.

“Con el padre de mis hijos duré más de cinco años, cuando sólo tenía a mi hijo el mayor”, cuenta Valeria.

Su historia la relata como la de cualquier jovencita que se enamora. Ella conoció al padre de sus hijos en una fiesta del pueblo, era un músico que le habló al oído y la frecuentó días después. Eso la conquistó y al año la convenció en casarse e irse a vivir con él. Después, al interior de ese hogar, apareció el infierno de la violencia.

“Yo lo dejé porque era muy celoso, no me dejaba salir, ni ir a mi casa y me golpeaba porque platicaba con las vecinas o porque decía que yo tenía un novio”, recuerda Valeria.

Después de dejar al padre de sus hijos, Valeria rehízo su vida, con su segundo embarazo encima consiguió un empleo en un centro comercial del que sacaba recursos para subsistir. Pensaba dar la pelea sola, pero volvió a enamorarse. Su pareja, un gerente de la tienda, le habló de proyectos juntos y Valeria desistió.

Con el segundo hombre no hubo golpes, pero sí violencia emocional en su peor rostro, vivía sobajada económicamente y con la dignidad marchita, hasta que decidió regresar a la casa de sus padres y olvidarse del amor en su vida.

 

Yadira

Yadira cambia constantemente los estados de su perfil en el celular. Simula ser feliz y llevar una relación amorosa. Es un protocolo para evitar que el padre de su hijo la siga acosando.

Después de dos años de abandonarlo por los golpes que le hacían víctima cada noche, aún no se ha podido borrar la sombra de su agresor.

“Me sigue escribiendo a veces para pedirme que lo perdone, hacerse la víctima de que se suicidará por mí, pero esos juegos ya me los sé”, describe la joven madre.

El número no lo ha cambiado, porque siente que es demostrarle que huye de él por miedo. Su único temor es que le pelee a su hijo, ella abandonó su hogar golpeador porque el amor se hizo odio.

 

La epidemia violenta en las calles

Los casos de Valeria y Maribel González, la primera de Nezahualcóyotl asesinada en junio de este año a bordo de una unidad de la Ruta 40, y la segunda hallada muerta en un paraje de Tenango del Valle el pasado domingo 19 de noviembre, tras desaparecer al abordar un taxi colectivo para ir a la escuela, hacen remontar la época de César Armando Librado, “El Coqueto”, operador del transporte público que se hizo asesino y fue el terror de las mujeres en el valle de México entre 2010 y 2012.

En la actualidad el transporte público es considerado uno de los más inseguros para las mujeres mexiquenses, las rutas de Ecatepec, Neza y Toluca, son el caldo de cultivo para el 70% de los delitos cometidos en unidades del servicio público.

Los casos documentados con datos periodísticos señalan que también las agresiones contra las mujeres ocurren a unos metros de sus domicilios, con conocidos y parejas.

Mariana Joselín, de 18 años de edad, fue hallada destripada al interior de una carnicería el 29 de julio de 2017 en la colonia Las Américas, Ecatepec. La joven era buscada tres días atrás luego de que no llegó a su casa cuando salió a la tienda. Aquella ocasión se supo que el responsable era un empleado del local y a quien saludaba a diario Mariana.

Karina Quiroz, otra jovencita, desapareció el 16 de septiembre de este año cuando se dirigía a su casa en la comunidad de la Concha, Ixtlahuaca. Su búsqueda duró 17 días y su cuerpo fue hallado a menos de 200 metros de su domicilio entre unas milpas. El agresor fue su exnovio, según se reveló en las últimas indagatorias sobre el caso.

El 29 de septiembre de 2017, Jesús y su esposa María Rosa vieron por última vez al agresor de su hija Adriana. Ese día se realizó la audiencia en que se le dictó sentencia por 70 años al exnovio de la joven madre, asesinada el 16 de mayo de 2016 en el cerro del Toloche en Toluca, donde fue hallada en una tumba de piedras.

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