Ocoyoacac, México.- La apertura del servicio del Tren Interurbano México-Toluca podría alargarse hasta mediados del 2019, derivado a que la obra civil aún no se concluye y se requerirá de al menos ocho meses de pruebas, admitió Gerardo Ruíz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes.
Durante la culminación de la perforación del primer túnel que conectará al tren, Ruiz Esparza dijo en entrevista para medios que debido a los cuatro meses que la obra se mantuvo suspendida por los problemas con los ejidatarios de San Jerónimo Acazulco, se tuvo que modificar el calendario de entrega.
“Llevamos tres años de construcción y en opinión de los expertos es un buen tiempo, entonces traemos muy buen tiempo de construcción, vamos avanzando muy bien, ahorita no hay nada que nos obstaculice”, declaró el titular de la SCT al término del evento en el que se culminaron las perforaciones del bitúnel por donde pasará el tren.
Según el nuevo calendario de la SCT, en septiembre próximo se comenzarán las pruebas técnicas y físicas de los trenes con ruta de Zinacantepec hasta Santa Fe.
Mientras que en el mes de diciembre se ha programado tener listo el total de la obra civil hasta la estación de Observatorio, y poder comenzar con las pruebas en toda la ruta del tren, que abarca 55 kilómetros, incluidas las que se pudieran hacer con personas a bordo.
En ese sentido reveló que podría extenderse otra plazo de al menos ocho meses para realizar pruebas definitivas y luego comenzar con el servicio de transporte para usuarios, por lo que el servicio podría aperturarse hasta mayo del 2019, e incluso hasta un año, hasta que no se culmine con las pruebas de seguridad que se requieren.
“El año que entra, cuando el técnico decida que están cubiertas todas las medidas de seguridad, empezaremos con pasajeros”, precisó el secretario.
Hasta el momento la obra en general lleva un avance del 80 por ciento, pues además de la parte civil, se requiere el equipamiento de las vías y la infraestructura adicional que se instalará en las estaciones.
Ruiz Esparza negó que la obra se haya dejado de ser rentable y aclaró que el costo total fue de 44 mil millones de pesos, pero derivado a los retrasos y la inflación en el mercado se elevó 52 mil millones de pesos.
“Fue por el efecto de la inflación, no es encarecimiento, por el tipo de cambio y adecuaciones del proyecto, pero sí tenemos ese efecto, yo creo que vamos en un costo considerable”, afirmó ante el cuestionamiento de la prensa.