Alfonso Castillo González, quien fue uno de los poco estudiantes aceptados de nuevo ingreso en la carrera de Medicina en UAEM, no quiere perder el sueño de salvar vidas humanas, pero se enfrenta un par de obstáculos: la falta de computadora y conexión a internet.
Además, necesitará de recursos suficientes para solventar los gastos cuando las clases sean presenciales porque deberá cursar la licenciatura en Nezahualcóyotl.
A un día del inicio del ciclo escolar 2020-2021, solicita a las autoridades de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) su cambio a Toluca.
Explicó que aun cuando el semestre 2020 B se desarrollará mayoritariamente a distancia, cree que la carencia de equipo de cómputo y acceso a internet lo puede solucionar si algún conocido le brinda apoyo o acude a un cibercafé cercano a su casa.
No obstante, su mayor conflicto vendrá cuando regrese a la modalidad presencial, ya que se le dificultará pagar los traslados de Toluca a Nezahualcóyotl o rentar un lugar donde vivir.
“Cuando fui a llevar mis papeles más o menos me gasté, casi mil pesos solamente de pasajes”
Esto -señaló- le impediría trabajar pues lo hace para contribuir con el sostén familiar y costearse sus estudios, relató en entrevista vía telefónica.
Alfonso, de 22 años de edad, oriundo de San Pedro Tultepec, municipio de Lerma, tiene tres hermanos menores, Emmanuel, Jesús y Alejandro; uno de ellos ingresará también a una preparatoria de la UAEM.
“Aporto en la casa para la luz o la comida, por ejemplo, a mi hermano le apoyé en sus pasajes en los cursos previos al examen de admisión y quiero que mis papás no estén tan presionados”.
Actualmente trabaja en una carnicería y en un gimnasio de boxeo, en donde limpia y practica ese deporte.
A la fecha sus patrones les han otorgado permiso para laborar tres días a la semana cuando ingrese a la Universidad, puntualizó.
“Así ganaría 600 pesos, de quedarme en Toluca gastaría 240 el resto sería para comida y otros gastos”.
El joven triste por su situación económica, opinó que tal vez no pueda exigir, pero un apoyo económico de la universidad no sería la solución para él, porque requeriría de cerca de cinco mil pesos.
“Sé que las clases serán en línea y ahorita no me preocupo tanto, sé que estoy en casa puedo pedir una computadora, ir a un ciber, no tendría tanto gasto, pero terminando este semestre en Nezahualcóyotl podría costearlo un semestre tal vez, después no”, afirmó.
En estos días comentó que entregó una solicitud a dos instancias de la UAEM para analizar su caso. "El dinero que ganó -dijo- lo tendría que partir a la mitad, porque no me alcanzaría".
“No tengo computadora, fui a ver el costo de computadora están caras, voy a buscar como me acomodó en las clases virtuales”.
El joven espera una respuesta favorable de las autoridades universitarias a su petición porque es la segunda vez que intenta ingresar a la Facultad de Medicina, en una no fue aceptado y dejó pasar un año porque sus necesidades lo obligaron a trabajar.
“A las autoridades de rectoría, lo único que quiero es estudiar, generar ingresos para mi sustento, estar cerca de mi comunidad, de mi espacio, el irme a otro lugar sin poder trabajar o generar ingresos para mi solvencia o vivencia no podría continuar, sería algo imposible y dejaría la escuela”.
Recordó que a lo largo de su vida ha ocupado en varios empleos, desde venta de pan, en una feria, de albañil, en una maderería y en otros oficios, ahora busca dedicar su vida a la medicina.
“Desde que tengo uso de razón mi sueño ha sido ser doctor, mi propósito es servir a la gente que lo necesita, sin prejuicios, simplemente ayudar, salvar a la gente y aliviar su dolor”, concluyó.