El primer paso
La despenalización del aborto en los casos de violación, por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), es apenas el principio al reconocimiento de que las mujeres no podemos seguir siendo rehenes de la violencia machista, afirmó Diana Arango, integrante del Observatorio Ciudadano de Género en el Estado de México.
Indicó que también es urgente endurecer y aplicar efectivamente las penas en contra de los violadores, pues uno de los factores que contribuyen al incremento del número de violaciones es la impunidad y lo más grave es que al no aplicar la justicia como se debe esta violencia puede llegar hasta el feminicidio.
“Yo creo que todavía estamos (las mujeres) lejanas a que realmente haya justicia en todos estos casos, pero yo creo que es un paso muy importante el que está dando la Corte, sobre todo porque en México es nuestro máximo tribunal y ya no hay posibilidades de que se impugne por organizaciones conservadoras” aseveró.
La también integrante de la organización Periodismo y Activismo México comentó que el haber dictaminado legal el aborto ante una violación es un alivio para las mujeres que sufren este tipo de violencia, pues nadie debe considerarse dueño de su cuerpo para decidir cuando ella va a tener relaciones sexuales ni obligarla a tener un hijo que no fue producto de su decisión.
Diana Arango señaló hay organizaciones de la sociedad civil de corte conservador, así como segmentos de la sociedad que criminalizan a la mujer que desea abortar, le muestran rechazo y odio, las tachan de “feminazis”.
“No se trata de eso; se trata de colocar la vida en el lugar que se tiene que poner o desde la perspectiva de seres humanos, no es justo que niñas tan pequeñas, de 11 años, tengan la responsabilidad de criar, prácticamente solas a esos hijos que no buscaron, sin tener la capacidad ni física, ni emocional, ni económica para poderles dar un futuro. El respeto a la vida empieza por respetar a la mujer en todos los ámbitos, desde su vida sexual y reproductiva”, aseveró.
Refirió que la cultura patriarcial en que vivimos coloca a la mujer como una cosa sobre la que deciden los hombres e incluso, cuando se trata de violación a una de sus hijas con los padres los que insisten o se empeñan para que tenga al hijo, aún cuando no sepan quién fue el violador, si estaba enfermo y el bebé pueda nacer con algún problema de salud grave.
Para la activista por los derechos humanos y de las mujeres en especial, los hombres abortan todos los días cuando abandonan a sus esposas o a sus parejas embarazadas y las dejan hacerse cargo de los hijos sin importarles la situación por la que atraviesan o si tienen los medios para criar, mantener y educarlos ellas solas.