Para enfrentar el crecimiento de bandas dedicadas a préstamos de "gota a gota", autoridades en Ocoyoacac implementan operativos contra presuntos delincuentes de origen colombiano, involucrados en actividades extorsivas y violentas para el cobro de deudas.
Este tipo de préstamos, ampliamente utilizados en el Valle de Toluca, ha generado un ambiente propicio para la proliferación de bandas criminales, que aprovechan métodos coercitivos y de intimidación para realizar cobros.
El alcalde de Ocoyoacac, Samuel Verdeja, reconoció como “difícil” la situación a la que se enfrentan quienes caen en la trampa de los préstamos “gota a gota” y destacó que lo hacen por necesidad sin considerar las consecuencias para su seguridad y la de sus familias.
En las calles de este municipio mexiquense los anuncios de préstamos sin aval ni revisión al Buró de Crédito son abundantes, lo que ha permitido que los prestamistas colombianos operen.
Los préstamos gota a gota, que se pusieron de moda en Colombia, consisten en pequeñas cantidades de dinero prestadas sin ningún estudio de crédito previo, y se devuelven en períodos cortos, normalmente menos de un mes. Sin embargo, al no estar regulados por entidades financieras ni autoridades, los métodos de cobranza suelen ser violentos.
Estás empeñando tu libertad por una salida momentánea, te dan mil y terminas pagando 100 mil, y menos con violencia.
Samuel Verdeja,, alcalde de Ocoyoacac.
Debido a la reticencia de las víctimas a presentar denuncias formales, las autoridades locales de Ocoyoacac optaron por deportar a los colombianos involucrados en estos préstamos antes de iniciar procesos penales en su contra. Esto se hace para evitar que los vacíos legales permitan que los prestamistas continúen en libertad.
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Entre 2022 y lo que va de 2024, al menos 30 colombianos han sido deportados de Ocoyoacac por su presunta participación en bandas de préstamos gota a gota.
Es de destacar que los préstamos gota a gota se popularizaron hace aproximadamente cuatro años como respuesta a la crisis económica provocada por la pandemia de covid.
Son una opción tentadora para aquellos que carecen de ingresos o tienen un historial crediticio negativo. Sin embargo, los altos intereses hacen que los pagos se vuelvan cada vez más complicados, a lo que suma la violencia con la que es requerida la devolución del dinero.
Los datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) muestran un aumento en la solicitud de este tipo de préstamos durante el último año, con montos que van desde los 500 hasta los 2 mil pesos, y tasas de interés que oscilan entre 10 y 40 por ciento.