El tianguis acapara la atención de los clientes con el pregón que enlista malbas, nabos, hongos, acelgas, quintoniles, habas, quelites, y sobretodo, flor de calabaza. Es el producto básico que se trae desde todos los rincones de Ixtlahuaca.
Cada lunes, durante la madrugada, a las afueras del mercado de este municipio, los bultos de flor, tienden una alfombra amarilla. Esponjosa y rica en sabor.
"Antes de que amanezca, uy ya se acabó casi todo, la mayoría se ha vendido", dice Nancy, una de las campesinas que madrugan para la vendimía.
Los caminos a la zona norte del Estado de México, cada lunes llevan a un tianguis hecho de flor. Ubicado en la avenida Gustavo Baz, donde se tiende sobre la banqueta una hilera de campesinas que ofertan sobretodo flor.
"Yo vengo de San Pedro el Alto, salgo desde la madrugada para llegar aquí", explica Nancy.
Un día antes durante la tarde, su labor es acudir al campo por su producto. Es una cosecha que se extiende cinco meses cada noche y tarde.
"Se junta la flor y se debe poner en agua para que abra y no se seque y aguante para el siguiente día", explica la campesina de su labor diaria.
Catalina sigue un proceso similar, sólo que ella cosecha durante las madrugadas para que su producto llegue aún más fresco.
"Es duro y desvelado", dice la productora sonriente, "Yo me voy al corte como a las cuatro de la mañana, luego camino como media hora hasta la parada del camión", enlista Lupe.
En la hilera de vendedoras, la mayoría son mujeres de entre 40 a 60 años, quienes se tienden sobre la banqueta de la avenida y extienden hules y rebozos para ofertar su flor.
"Esta bolsita es de a diez, hay de a quince y veinticinco, ya la gente no quiere pagar más caro", reprocha Catalina. Ella proviene de Tierra Blanca, otro pueblo dedicado al cultivo de este alimento oriundo de la tierra fría.
Por mucho los campesinos de flor de la zona norte del estado, llegan a recolectar unos 10 kilos, lo que apenas les permite una ganancia de 300 a 200 pesos, pues se debe pagar pasaje de ida y vuelta.
"Debemos venderlo rápido, porque ya no sirve si se lo lleva uno de vuelta", agrega la campesina.
El tianguis ha resistido décadas a las afueras del mercado Primero de Septiembre de Ixtlahuaca. Sólo con la publicidad y buena fama de que en éste se oferta toda la flor que se ocupa para una buena comida.
Aunque en realidad las mujeres del tianguis ofrecen una lista de unas 15 hierbas y frutos del campo.
"El terrenito que tengo da de todo, desde flor hasta quintoniles y todo se come", dice Guadalupe. "Aquí uno no se muere de hambre, la tierra es buena", reitera.