Toluca, México.- Atrás quedaron los grandes escenarios del Teatro Morelos con más de dos mil invitados, que prácticamente obligaban a cercar el primer cuadro de la ciudad.
Esta vez, el Primer Informe de gobierno del jefe del Ejecutivo estatal, Alfredo del Mazo, fue más que austero. Los nuevos tiempos políticos se reflejaron en un escenario más pequeño, montado en el patio lateral de palacio de gobierno para no más de 400 personas, sin contar a los medios de información que fueron colocados en uno de los pasillos frontales.
Lo que distinguió a esta ceremonia, fue la presencia, por primera vez en un informe estatal, del presidente Enrique Peña Nieto, quién a unos meses de dejar Los Pinos, fue más que cobijado por los aplausos de su gente, en una tierra que lo vio crecer como político y a la cual regresará a vivir cuando concluya su gestión.
El acceso inicio desde las 10 de la mañana, a cuentagotas los invitados especiales comenzaron a llegar, sorteando los diferentes filtros de revisión. Uno a uno, fueron pasando por el arco de detección de metales, para llegar a un último punto de asignación de lugares.
Había confusión entre los organizadores. Varios invitados fueron ubicados con el sello de “sala de espera”, mientras el tiempo transcurría y poco a poco empezaba a llenarse el lugar. Las pequeñas sillas blancas, fueron acomodadas tan pegadas que los invitados estaban prácticamente pegados unos a otros.
Ahí estuvieron sentados juntos los diputados federales Marcela Velasco, Cruz Roa, Eduardo Zarzosa, Ricardo Castillo, Laura Barrera y Ana Lilia Herrera. Más adelante se sentó Ernesto Némer y Luis Miranda Nava, ambos, hombres muy cercanos al presidente Peña y ahora diputados federales por la vía plurinominal.
Con mucha antelación llegó el comisionado estatal de los Derechos Humanos, Jorge Olvera, quien le apartó lugar al rector de la UAEM, Barrera Baca; igual llegó el presidente del Comité Ciudadano Anticorrupción, José Martínez Vilchis.
Más al fondo, se ubicó otro ex rector y actual delegado de la Sagarpa en la entidad, Eduardo Gasca Pliego, junto con otros delegados como el de Relaciones Exteriores, Fernando Alvear y el de Economía, José Luis Velasco Lino.
Había pocos empresarios, líderes sindicales como los de la CTM, SUTEYM y SMSEM, Armando Neyra, Herminio Cahue y Abraham Saroné, quien en breve dejará la dirigencia.
De los primeros en llegar estuvieron los ex gobernadores Ignacio Pichardo y Emilio Chuayffet. Más tarde lo hicieron César Camacho, Arturo Montiel y Alfredo Baranda. Al último, llegó Eruviel Avila.
El calor se dejaba sentir como en un invernadero. Se dio una primera llamada para ocupar lugares, que dio pie al acomodo de quienes estaban en lista de espera. Pasarían todavía 15 minutos, para que el evento comenzara sin que hubiese llegado la presidenta Azucena Cisneros, presidenta de la mesa directiva de la 60 Legislatura, quien lo hizo con 10 minutos de retraso.
Y ahí estaban los representantes de los tres poderes. El gobernador Alfredo del Mazo Maza, el presidente del Poder Judicial, Sergio Medina Peñaloza, y el del Poder Legislativo, el morenista Maurilio Hernández. En un acto solemne, austero, muestra de lo que será la nueva forma de hacer política en la entidad.