Desde hace varios años se ha hablado de la llegada del cambio climático y sus efectos a nivel productivo y social en todo el mundo, sin embargo, pareciera que aun cuando se ponen sobre la mesa escenarios apocalípticos, poco o nada se hace para contrarrestar los cambios ocasionados, principalmente por las actividades humanas.
Sin embargo, para controlar el aumento de la temperatura ambiental en las zonas urbanas se puede echar mano del arbolado para contrarrestar las olas de calor, como las que en meses anteriores azotaron a México sin piedad, causando que en algunas entidades se alcanzaran los 48 grados centígrados, según reportes del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Miguel Ángel González Colín, especialista en arboricultura de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), consideró fundamental el rescate de bosques urbanos y rurales para la regulación del clima, no obstante, siempre se debe considerar el tipo de región para poder llevar a cabo una adecuada plantación, incluso en las ciudades.
El también delegado en la Asociación Mexicana de Arboricultura aseguró que el arbolado urbano, además de favorecer un ambiente fresco, puede disminuir la temperatura hasta 6 grados centígrados bajo su sombra.
“Tenemos que entender que en los bosques urbanos y las áreas verdes urbanas está una alternativa para solucionar este problema de aumento de temperatura en el ambiente, los servicios ecosistémicos que nos brindan los árboles en particular y ambientales son muchos, un árbol es un componente esencial en el bosque urbano, nos permite llevar a cabo la transpiración, alterar la gradación del viento, tener superficies con sombra.
“Modificar el cambio de calor y sobre todo, el efecto que se hace en los climas locales, es que es un importante regulador de clima, entre otros que podemos mencionar”, explicó el especialista en arboricultura de la máxima casa de estudios mexiquense.
Comentó que, en promedio, debe haber de 9 a 12 metros cuadrados de áreas verdes por habitante, y con base en un estudio publicado en el Libro Los Árboles de la Ciudad de México, en el que se indica que en la capital del país apenas se cuenta con 5.4 m2 por habitante, mientras que en Ecatepec hay un m2 por habitante, en Tlalnepantla 1.5 m2 por habitante, en Naucalpan 4.6 m2 por habitante, Cuautitlán Izcalli un m2 por habitante, en Toluca 8.4 m2 por habitante, Torreón tiene 9.3 m2 por habitante, Querétaro 4.6 m2 por habitante.
Lo anterior refleja lo mucho que falta por hacer para cumplir con el promedio establecido.
Tipos de árboles por región
Para aprovechar al máximo los servicios ambientales del arbolado urbano es indispensable que se cuente con las especies adecuadas según la región, pues de lo contrario los árboles plantados podrían morir.
En particular en el valle de Toluca, dijo el especialista, existe una paleta vegetal que podría ser aprovechada para beneficio de la región urbanizada, lo que garantizaría una mejor calidad de aire y una regulación de la temperatura adecuada, pese a las olas de calor que pudieran registrarse.
Para realizar una plantación exitosa, también es necesario conocer las características de crecimiento de los ejemplares, pues en algunos casos se requiere un distanciamiento determinado.
“Estas especies (que se contemplan en la paleta vegetal) son las que se autorizan para el establecimiento y hay un parámetro de espaciamiento, y entre ellas hay especies nativas, como los encinos, los ahuehuetes, los cedros blancos, que son especies nativas y requieren un distanciamiento mayor a los nueve metros, son de porte muy grande y tolerantes a las obras de edificación.
“Hay especies introducidas que nos dan una imagen urbana, color, formas, por ejemplo las jacarandas, éstas no son especies nativas, introducidas de Brasil, y se les debe establecer en los lugares adecuados y en una distancia no menor a los seis metros”, explicó el académico.
De acuerdo con Miguel Ángel González, otras especies aptas para la zona urbana del valle de Toluca son los sauces llorones, las magnolias, los álamos y los fresnos, que además de aportar sombra, generarán la regulación del clima.
En este contexto, el académico hizo referencia de la Norma Oficial Mexicana 018, la cual indica las especies adecuadas en las zonas urbanas, por lo que vale la pena revisarla antes de llevar a cabo plantaciones rurales sin acompañamiento de un especialista.
Vida de árboles
El catedrático de la UAEMex refirió que la vida de los árboles en espacios urbanos es menor que los que se encuentran en zonas rurales.
Sin embargo, la capital mexiquense alberga a un ejemplar de 322 años, el cual ya es considerado patrimonio de la entidad, este es “El Árbol de las Manitas”.
“Este árbol ya da identidad a Toluca, hay árboles que tienen más de cien años que también se han adaptado muy bien a zonas templadas, pero hay otras especies que no son originarios de aquí, como el ciprés italiano, que es de porte pequeño, sin embargo, en casas habitación son muy adecuados”, comentó.
Como tip, Miguel Ángel González sugirió que para las zonas urbanas como Toluca se elijan especies caducifolias, es decir, aquellas que tiran sus hojas en el invierno, pues en el verano dará sombra, pero en el invierno favorecerá temperaturas adecuadas y la reducción de los frentes fríos o heladas.
Mantenimiento, primordial
El contar con un arbolado en buen estado permitirá garantizar los servicios ambientales que este otorga, por lo que la poda y fertilización es necesaria.
“En todos los gobiernos locales, por normatividad, por la Norma 018 nos obliga a los gobiernos locales a tener su inventario de árboles urbanos, pero tristemente son pocos los municipios que cuentan con esto, se requiere de gente competente, de arboristas, de capacitación, es decir, debe tener un programa muy amplio y adecuado manejo de los árboles, para realizar las podas adecuadas, porque no se les puede quitar más de un 25% del follaje, pues de lo contrario están condenados a morir”, mencionó el entrevistado.
Otra mala práctica recurrente por los gobiernos locales es el encalado de los árboles, lo cual genera un cambio en el PH y que el árbol no absorba los nutrientes del suelo que necesita para mantenerse sano.
