Las personas que han sido víctimas de asaltos a bordo de unidades de pasajeros presentan síntomas de estrés postraumático. De acuerdo con psicólogos, las víctimas pueden presentar trastornos en los hábitos en general aunque, si ya los presentaban, pudrían agravarse.
La psicóloga y terapeuta Lisa Warn Cruz, de la brigada de Intervención a Víctimas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explicó que cuando los y las pasajeras son víctimas de asaltos en el transporte público existen una serie de pensamientos que ocurren no sólo tienen que ver con el asalto mismo sino con todo el contexto.
“Hemos visto historias, hay a quien no le ha ido tan mal. Vemos la escena en la que le arrebatan el celular al usuario y ahí para el asunto, pero también hay otras historias de terror en el transporte público. El asunto es que ocurren con mucha violencia y con una violencia muy gratuita que sucede cuando suben los asaltantes, amedrentan a la gente, la amenazan y en muchas ocasiones la golpean porque se dan cuenta que el celular no es lo que esperaban y les exigen entreguen el celular real”, dijo.
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Refirió que no solo ocurren los asaltos por el robo de pertenencias, también ocurren asaltos sexuales de los que se habla muy poco cuando se trata el tema de la delincuencia y la violencia a bordo de unidades del transporte público.
La especialista mencionó que en el cerebro de la víctima, al momento de un asalto, ocurren muchas cosas. La primera es el nivel de amenaza percibida por el usuario, si es un pasajero que ha estado en asaltos en los que no ha pasado de recoger los celulares y algo de dinero probablemente la amenaza no es tan grande pero, si han sido golpeados o han presenciado cómo golpean o abusan sexualmente de alguien más hay diferentes niveles de respuesta.
Explicó que el nivel de respuesta ante una intensidad muy baja equivale a sólo entregar lo que los delincuentes están pidiendo mientras que una intensidad un poco más alta se da una respuesta que podría resultar muy poco funcional, pero que en muchas ocasiones es incontrolable y es el defenderse.
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En una respuesta de mucha mayor intensidad la gente se paraliza cosa que, aseguró, también es un problema porque los ladrones están esperando a que les entreguen las cosas y ocurre con frecuencia que golpean a la gente que permanece inmóvil.
Señaló que los síntomas del estrés agudo y después del postraumático son por ejemplo trastornos del sueño, algunas expresiones emocionales muy intensas como el llanto, sobre todo cuando se habla de lo sucedido ya que en muchas ocasiones la gente evita hablar de lo que vivió y que es un indicativo de que algo no va bien.
Destacó que las víctimas presentan trastornos en los hábitos en general o que ya eran previos pero después del incidente se agravan, por ejemplo en la alimentación, aumento en fumar o consumo de alguna otra sustancia, mucho o poco sueño. En el cuerpo se pueden presentar dolores musculares, intestinales, diarreas, dolores de cabeza o alguna otra dolencia física que ocurre justamente después del incidente.
La psicóloga mencionó que los pensamientos que regresan de la nada, que se instalan y que son muy perturbadores que impiden realizar las actividades cotidianas son llamados “flashbacks” y que existen personas que lidian mejor con el estrés pero que siempre va a depender de la intensidad del evento. Indicó que existen imágenes de mucha violencia en donde los usuarios golpean a los ladrones, pero que estas personas también deberían buscar atención psicológica.
La especialista recomendó que para lidiar mejor con el estrés, los adultos deben buscar lugares con un buen ambiente que les permita llorar varios días, en donde no les digan: “no te pasó nada, ya pasó, no te va a volver a ocurrir” o expresiones de esta índole. Un lugar que les permita tener estos espacios, donde puedan expresar la emoción libremente. Con esto refirió que es mucho menos probable que se necesite de un especialista.
Finalmente la terapeuta, indicó que el golpear a un asaltante puede dar una falsa seguridad y que pone a los usuarios en alto riesgo contra los delincuentes, ya que los asaltantes no se quieren quedar mucho tiempo dentro de una unidad de transporte porque saben que en un descuido, los pasajeros los pueden golpear hasta matarlos.
“Entonces mientras más rápido se puedan deshacer de una situación amenazante que es un asaltante que se está subiendo a una unidad para despojar de las pertenencias, más seguros van a estar todos”, concluyó.