Toluca, México.- Los negocios que se hacen en el ramo de las bienes raíces en el Estado de México, se han vuelto otro blanco del crimen organizado, derivado a las fuertes cantidades de dinero que se manejan en las transacciones.
El panorama ha obligado incluso a que los agentes se formen sus protocolos y que las empresas tomen previsiones para evitar casos de extorsión y robo.
Agentes inmobiliarios consultados, detallaron que sus medidas de protección son siempre cerciorarse de la identidad de sus clientes, tomar las placas de los vehículos, no revelar más datos mas que los que se requieren para la transacción y acudir acompañados a obras que están en proceso.
Las empresas desde hace poco comenzaron a girar circulares al interior de sus oficinas con sus empleados sobre todo mujeres, quienes son las víctimas más comunes.
El último caso documentado
El pasado 24 de febrero en el fraccionamiento Jardines de Santa Teresa del municipio de Chapultepec, fue hallada sin vida una joven identificada como Guadalupe, a quien sus homicidas la abandonaron al interior de una vivienda. La joven se desempeñaba como asesora inmobiliaria, según revelaron fuentes policiacas aquel entonces.
Unos días después, el 29 de febrero, la Fiscalía General de Justicia del estado, dio a conocer mediante un boletín de prensa, que uno de los presuntos culpables habría sido detenido.
El caso se convirtió de los pocos ventilados en medios de comunicación, pues la mayoría de este tipo de víctimas, se reservan la denuncia por temor a represalias.
Diversas agencias de asesores inmobiliarios consultados, revelaron que los casos de extorsión, acoso y agresión directa por parte del crimen organizado con ese sector, es constante, pero queda en cifra negra su denuncia, al considerar que es la mejor forma de evitar un ataque.
“Es algo constante, no te puedo decir detalles de quiénes son por protección y lo mismo te dirán otros asesores”, explicó uno de los agentes consultados de forma anónima.
La misma realidad la viven otros sectores, como los restauranteros y los constructores, quienes restringen operar en ciertas zonas del estado, como el sur mexiquense.
La Cámara Nacional de Restaurantes de Alimentos Condimentados (Canirac), documenta que la mayoría de las extorsiones que se reportan por los dueños de los giros, no se denuncian para evitar perder clientes.
“No podría decirte bien, pero podríamos cerrar la cifra en un cincuenta que denuncia y otro cincuenta que no denuncia; no tenemos datos precisos por no darle seguimiento a los delitos debido al miedo de que pueda haber una represalia, o también por una situación de que los clientes no regresen”, reveló Pablo Durán Gallastegui, presidente de Canirac.
Como alternativa contra la delincuencia, los empresarios, adquieren sistemas de circuito cerrado, tanto al interior como exterior de sus establecimientos para reforzar la seguridad de sus clientes, detalló el empresario.
El mismo panorama ocurre en el sector de los constructores, quienes omiten hacer proyectos en municipios de la zona sur por temor a los grupos del narcotráfico.
“Te puedo decir que apenas hace poco a otro compañero le quitaron 400 mil pesos después de una transacción y así se enlistas otros casos”, mencionó la fuente.
En el caso de las empresas inmobiliarias y bienes raíces, incluso han propuesto no utilizar redes sociales personales para hacer publicidad de las propiedades en venta, pues esto podría ser utilizado para las extorsiones o secuestros exprés.
La mayoría sufren de extorsión
Además de las agresiones contras las mujeres agentes, otro tipo de delito que padece este sector de forma común es la extorsión.
En 2017 este delito cuantificó un total de mil 142 denuncias carpetas de investigación atraídas por las autoridades estatales, refieren las estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).
Mientras que los dos primeros meses de 2018 sumaron 173 querellas ante el Ministerio Público del fuero común.
