ZONA NORTE, México.- La imagen habla por sí sola. Un sonriente Andrés Manuel López Obrador levanta los brazos, mientras el gobernador Alfredo del Mazo Maza lo secunda, las manos de ambos se tocan en una gira donde priva la civilidad política.
Abajo, preparada o espontánea, hay una guerra de porras. Vecinos del municipio de Acambay ovacionan al presidente de México. "¡Obrador, Obrador!", mientras de otro lado surge la porra de "¡Alfredo, Alfredo!".
Así arranca la primera gira del nuevo presidente de México en el norte de la entidad, donde los reciben unas cinco mil personas, en su mayoría campesinos que parecen estar acostumbrados a este tipo de eventos, aunque ahora la expectación es mayor, pues quien dirige al país proviene de un partido que nunca había dirigido la administración federal.
En Acambay, el acto inicia con "La Marcha de Zacatecas", mientras en Ixtlahuaca los asistentes escuchan la melodía “Con las chiapanecas”. Se advierte un nuevo estilo, pues antes de llegar a los respectivos templetes, el presidente de México y el gobernador mexiquense lucen sin custodios, a su paso saludan y se tomaron fotografías con algunos de los asistentes.
López Obrador, para no perder la costumbre, firma autógrafos mientras los gritos de apoyo se intensificaban. Quiere y se deja querer.
Su discurso es un arpón para el auditorio, retoma el tema del robo de combustible y reitera frases que ya son slogan de su gobierno. “Me canso ganso” y “Amor con amor se paga”.
Está muy cerca de Atlacomulco, la tierra natal del expresidente Enrique Peña Nieto y otrora bastión priista hasta la elección del primero de julio de 2018.
Sin embargo, López Obrador insiste en la unidad, ya no quiere mirar atrás.
Le agradezco mucho al gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, ha estado actuando con mucha responsabilidad, un aplauso a Alfredo del Mazo.
López Obrador porta un collar de flores, entregado por representantes indígenas, pues en esta zona habitan mazahuas y otomíes. a quienes dedicó un "Viva" al final de su discurso, acompañado de "¡Viva Acambay!, ¡Viva Ixtlahuaca!, ¡Viva el Estado de México! y ¡Viva México!". Además de entonarse el himno nacional, lo cual no ocurría en sexenios anteriores.
En los alrededores también se aprecian cambios, no existe el despliegue de seguridad como en las giras que hacían Enrique Peña Nieto o Felipe Calderón, pues los ciudadanos asistentes pueden andar con mayor libertad.
Incluso los elementos de logística visten chalecos beige y vino, atrás quedó el rojo de otros tiempos. Desde el templete, López Obrador insiste en cambiar el tono presidencial, lanza amor, abajo la expectación aumenta.
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