Toluca, México.- Las madres de familia son las más propensas a ser víctimas de maltrato o de algún otro tipo de agresión a causa del comportamiento autoritario de sus hijos o menores, señaló el psiquiatra adscrito al hospital general No. 220 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Luis Sergio Ponce Guadarrama.
El especialista estimó que cerca de 80% de las mamás son receptoras de ese problema debido a las conductas desafiantes o provocadoras de niños o adolescentes.
No obstante, apuntó, están expuestos también los padres de familia, maestros, abuelos, cuidadores o adultos en general, porque los menores con ese problema van en contra de la autoridad.
Ponce Guadarrama explicó que el Trastorno Disocial Desafiante y oposicionista, mejor conocido como el síndrome del “Niño Tirano”, se manifiesta en menores de edad a través de conductas agresivas desafiantes o con ira, ya sea de forma física o verbal.
Al llevar a cabo ese tipo de conductas, afirmó, regularmente los agresores violan las normas o reglas familiares o escolares y no tienen sentimiento de culpabilidad, puesto que son egocentristas.
“El trastorno opositor desafiante es muy frecuente sin importar el nivel socioeconómico desde el bajo hasta el alto”.
Lo anterior, apuntó, es una consecuencia directa de la falta de educación en valores y respeto de padres a hijos, quienes para evitar problemas con estos, son permisibles en conductas indebidas que no son castigadas.
En ese sentido, las personas más afectadas con ese tipo de conductas o procesos son las mamás “en un 80 por ciento, al ser víctimas del maltrato y del comportamiento autoritario de los niños”.
Ese tipo de comportamiento y trastorno, recalcó, ha crecido en los últimos años y es uno de los principales motivos de consulta porque los menores no obedecen, ni acatan reglas o normas impuestas.
Recomendó a los papás y adultos encargados del cuidado de los infantes establecer reglas claras al interior de la familia y cumplirlas, de lo contrario sancionarlas.
Asimismo, ambos padres de familia deben estar de acuerdo en sus decisiones y opiniones, supervisar las acciones de los hijos, mantener una buena relación y comunicación con estos, establecer responsabilidades en el hogar, evitar la sobreprotección o alejarlos de los círculos sociales e inculcar el respeto a sus semejantes.