Pese a los comerciales sobre productos de higiene menstrual, los tabúes alrededor de la menstraución se mantienen vigentes. Hasta hace dos años, los impuestos para toallas sanitarias, tampones y copas mostrarles seguían vigentes, mientras que estos artículos no se encontraban en baños públicos o escolares.
En medio de los tabués, la Marea Roja ha subido para desmitificar el proceso menstrual, abrazarlo como un proceso biológico que no sólo incumbe a las mujeres y luchar para que todas las personas menstruantes vivan su proceso con dignidad, pues no sólo es una cuestión de insumos.
En el marco del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, colectivas reconocen que la lucha aún es larga para que todas las personas menstruantes tengan fácil acceso a los insumos que les permitan llevar el ciclo de manera digan, pero -al menos- ya hay reflectores sobre ella.
Mitos y tabúes
“Cuando te toque luna, te cuidas de los hombres”, esas fueron las palabras que Ana le dijo a su nieta, Miroslava, quien si bien sabía de las toallas sanitarias en la década de 1990, no compró una hasta que tenía 25 años.
“Mi mamá no hablaba mucho, sólo me preguntaba si ya me había llegado la regla, creo que era más para que no tuviera hijos que para darme un té por si me daban cólicos. Usaba mucho papel higiénico o algo de algodón, porque en casa apenas si teníamos para comer, ¿qué íbamos a estar comprando toallas?”, comentó.
Conforme fueron pasando los años y comenzó a ganar dinero, comenzó a preocuparse por la higiene durante la menstruación, en especial en no mancharse porque, durante su jornada laboral, convivía con muchos hombres.
“Aún siento, no sé si pena, mi marido jamás me ha visto comprar toallas y esos días prefiero no estar cerca de él porque siento que huelo feo”.
Datos de la Encuesta Nacional sobre Gestión Menstrual realizada en 2022 por la UNICEF, en México, siete de cada 10 adolescentes tenía poca o nada de información cuando le llegó su primer período y su madre fue su primera fuente de información, seguida por internet o redes sociales.
Pero además de la incomodidad, hay otros mitos. En la región mazahua se considera a la menstruación como un castigo divino e, incluso, que cuando una mujer sangra, puede echar a perder las cosechas.
También están el bullying, la discriminación y comentarios que se disfrazan de inofensivos, además de la indiferencia a los síntomas menstruales que no sólo son cólicos, también pueden presentarse dolores de cabeza, cambios de humor, diarrea, náuseas y mareos.
En promedio, una mujer vivirá 450 ciclos menstruales, es decir, aproximadamente 2 mil días de su vida estará arrojando el endometrio y sangre; pero los mitos y tabúes imperan, así como la desinformación, consideraron activistas.
Libres de impuestos, sin garantía de acceso
En 2021, el Poder Legislativo federal aprobó dejar de imponer impuestos a insumos menstruales, lo que entró en vigor en 2022; incluso la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió la recomendación 35/2021 para que el Estado garantice el acceso gratuito y garantizado a insumos e higiene, pero eso no es una realidad.
Para Victoria González, fundadora de la colectiva Marea Roja, que nació tras un proyecto universitario en comunidades indígenas del Edomex, la visibilización de la problemática va más allá de la lucha por la gratuidad de los insumos.
Factores como acceso a la vivienda y al agua, inciden directamente en la dignidad con la que las mujeres viven los ciclos.
Y es que 20% de las mujeres que participaron en la Encuesta Nacional sobre Gestión Menstrual, que estudiaban o trabajaban, no contaban con la infraestructura necesaria para la gestión menstrual en sus escuelas, oficinas u hogares.
“Hay una ideología menstrual que apunta a la omisión, el tema del acceso a los insumos es algo muy básico, pero podemos ir a otras cosas como la vivienda que tiene mucho que ver, no porque ya no pagamos impuestos todo está bien,hay mujeres que no tienen baños con agua potable”.
La pobreza, la privación de la libertad, la migración y hasta los desastres naturales hacen pasar desapercibidas las necesidades biológicas de las personas menstruantes.
Estudiantes impulsan la gestión menstrual diga
Una de las actividades de la colectiva Marea Roja ha sido dar pláticas a las infancias sobre qué es la menstruación, para así desmitificarla. No sólo con las niñas, ya que este proceso biológico del útero también debe ser desaprendido y aprendido por lo hombres para evitar desinformación y burlas, consideró Victoria.
“Nos dicen que este proceso sólo debe ser vivido en silencio, entras en un choque contigo misma y con un sistema de creencias, pero es parte de un proceso de conscientización enfrentarte con lo que crees y aprender”.
Con la intención de reforzar la educación menstrual, comenzaron con la colocación de dispensadores de insumos. El primero fue el año pasado en la Facultad de Antropología de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) y uno de los retos fue encontrar dónde ponerlo.
“A muchas estudiantas les da pena aún tomar los insumos porque nos dice que es algo que tenemos que vivir sólo con nuestras amigas y nuestras mamás”.
Sin embargo, de eso se trata. Aunque es normal biológicamente, socialmente es difícil hablar del tema aún, sostuvo, por lo que de ahí nacen los talleres.
El 1 de febrero, Marea Roja colocó otro dispensador en la primaria Fry Cirilo Bobadilla de Villa de Allende e irán por uno más en San Mateo Atenco. La intención es lograr que en todas las escuelas de zonas marginadas y vulnerables a la pobreza, haya uno.
Apoyan iniciativa para dispensadores en nivel básico
La Secretaría de Educación del Estado de México colocará dispensadores de insumos menstruales, aunque aún se analiza en dónde ya que este esfuerzo, para el que se etiquetaron 20 millones de pesos, deberá estar dirigido a zonas vulnerables.
El programa de menstruación digna tiene como propósito beneficiar a 205 mil 279 estudiantes de escuelas públicas en los niveles básicos de primaria, secundaria y media superior con productos de higiene menstrual sin costo.
Aunque las colectivas consideran que el recurso y el proyecto, es sólo u pequeño avance, por lo que llamaron a diagnósticos profundos que determinen las áreas de oportunidad y las zonas que más necesitan de insumos gratuitos para que, en un futuro, el acceso digno sea garantizado en todo el territorio mexiquense.
“La dignidad es un derecho en sentido integral: insumos, infraestructura, información, agua, medicina, que se pueda leer más allá de lo biológico, porque se debe entender que niña que menstrúa es una niña todavía, no una mujer que ya puede embarazarse”.
Debido a que la lucha por los derechos de las mujeres continúa, una de las herramientas es la conscientización sobre la falta de acceso a ellos, la visibilización de los grupos vulnerables y la toma de acción frente a las problemáticas, por lo que, para Victoria, los pasos han sido pocos, pero firmes en el camino hacia el acceso a una vida digna.