Pese al alto aforo de paseantes en Los Portales de Toluca durante este periodo vacacional, son pocos los clientes que piden servicio de aseo de calzado, así lo comentaron trabajadores de este gremio.
Este oficio que tiene más de 50 años en el centro de la ciudad ya no tiene alta demanda como ocurría hace 30 años. "Ya todos los jóvenes y niños usan tenis, pocos vienen a bolearse, nuestros clientes ya son adultos", comentó uno de los aseadores.
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Debido a que hubo vacaciones de los trabajadores de Gobierno y que aún no inicia el ciclo escolar, los clientes son menos. Sus mejores días son cuando todas las actividades son normales, señalan.
A nosotros nos beneficia que haya vacaciones y que mucha gente venga al centro, porque no se detienen a bolear su calzado.
En los Portales son al menos 30 aseadores que confirman la asociación de la capital mexiquense, algunos otros se ubican en la zona terminal y otros están dispersados en algunos edificios públicos del centro.
"Nos llegan en promedio unos diez clientes al día, a veces quince y si nos va bien, unos clientes", explicaron los boleros.
Cada servicio general lo cobran entre 23 y 25 pesos. Los servicios especiales por el tipo de piel, cuero o tamaño del calzado, se cobran entre 50 y 100 pesos pero solo escasos, señalan.
INTENTAN NO DESAPARECER
Durante la pandemia, los boleros de Los Portales implementaron el servicio a domicilio, en el que los clientes les llevaban el calzado pero solo fue eficiente mientras las familias tenían miedo de salir.
"Algunos compañeros lo siguen haciendo pero son pocos. No es rentable", comentaron.
Ahora los clientes llevan sus pedidos a los Portales y según el bolero, es a quien más buscan.
FALLAN ESTRATEGIAS
En administraciones pasadas el Gobierno municipal intentó impulsar dicho oficio y se les consideró en la renovación del centro histórico cuando en 2013 la capital mexiquense fue la sede de la Cumbre de Norte América y recibió a los líderes de Canadá y Estados Unidos.
Ese entonces se colocaron 32 sillas metálicas con un diseño similar a las actuales alacenas de la plaza Fray Andrés de Castro, para que la infraestructura fuera uniforme; sin embargo, los boleros las rechazaron por la dificultad para maniobrar con éstas. Además de que eran rentadas y tras un año de uso fueron devueltas.
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Incluso, los boleros las dejaron de usar y retornaron a sus sillas tradicionales.
"Se ha intentado renovar pero ha fallado, de hecho hasta hace dos años ya nos querían quitar, según porque damos mala imagen", señalaron los boleros.
En fechas especiales, durante los meses de octubre y noviembre con la instalación de la Feria del Alfeñique, los boleros son reubicados mientras que en otras ocasiones se les permite quedar pero, debido a la gran cantidad de visitantes, se les complica trabajar y recibir a sus clientes.