Es importante visualizar la importancia de la humanización de la justicia en general, mediante el concepto terapéutico, haciendo hincapié en que este tema comenzó a abrir los caminos para lograr la verdadera reinserción social de las conductas antisociales: Segregar y matar, porque no representan los caminos adecuados.
Luego de indicar lo anterior, durante la inauguración del VIII Congreso Iberoamericano de “Justicia Terapéutica, Sanar antes que juzgar”, Ricardo Sodi Cuellar, presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), destacó que la entidad mexiquense ha sido vanguardia en este tema, porque las conductas que se cometen bajo el influjo de las drogas o el alcohol tienen que ser reconsideradas o reconducidas bajo tratamientos distintos y no sancionadores, pero sí de rehabilitación.
“Rehabilitar y reconstruir el tejido social es lo más complicado, pero representa el camino adecuado. El tema de las neurociencias considera que la falta de serotonina es el principal causante de las conductas delictivas, y esto se puede contrarrestar con fármacos”, externó.
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En la sede de la Escuela Judicial de la entidad, Sodi Cuellar indicó que la rehabilitación constituye la esencia de la justicia terapéutica, y por ende el Poder Judicial de la entidad ha permanecido muy vinculado al programa en la materia, desde hace varios años.
“Considero que el TSJ incluso ha sido vanguardista en estos aspectos, por lo que han venido apoyando a diferentes titulares de este poder a nivel nacional en este rubro, como Querétaro, Yucatán, Campeche, Chiapas, Nuevo León y Oaxaca, con el propósito de que implementen programas similares”, puntualizó.
La clave, abundó, se encuentra relacionada con la comunicación interinstitucional, porque cuando interviene la Comisión de Víctimas, la Defensoría Pública, el DIF, el Tribunal y las fiscalías, dan una muestra de que todas las instancias involucradas deben trabajar conjuntamente para lograr mejores resultados en favor de la sociedad.
Por ende, pidió tomar en consideración que dicho concepto forma parte de la justicia alternativa que tiene por objeto aplicar programas de tratamiento en contra de las adicciones.
“Ya no se les llama sentenciados, sino graduados, con los cual les brindamos una oportunidad diferente, porque se les permite salir adelante dentro de un entorno que no les fue favorable, reducándolos y reorientándolos”, manifestó.
Además, señaló, se les sana desde el punto de vista fisiológico que pudieron haber tenido, pero con tratamientos adecuados.