Villa Victoria, México-. El acarreo del agua, es el pan de cada día para las mujeres o familias de la región, ante la carencia del vital líquido para beber, preparar alimentos e higiene personal y del hogar.

Desde que era niña, Lilia Crisostomo, originaria de la comunidad de San Isidro, municipio de Villa de Allende, ha vivido ese problema en carne propia ahora como madre de familia en una vivienda en donde habitan 12 personas. Tiene que sortear el conflicto y surtir del pozo más cercano 80 litros del recurso natural auxiliada por un burro de carga o una carretilla.

El rostro de la impotencia lo cubre del sol con el rebozo gris mientras camina por uno de los puntos del Sistema Cutzamala, infraestructura que dota a la Ciudad de México de agua, cuando ellos sólo la ven correr del afluente.

Con paso firme, ataviada con un vestido tradicional mazahua en color morado, no duda en responder a los cuestionamientos sobre la añeja problemática que lástima a un pueblo de origen étnico, al decir: "A nosotros sólo nos dejan sufriendo, sin poder hacer algo".

Mencionó que la situación de falta del vital líquido resulta inconcebible. “Tenemos que ir diario por agua porque se necesita para lavar los trastes, hacer de comer, son cerca de 80 a 100 litros en una distancia variable de 10 metros aproximadamente, en la que utilizan un tiempo de medio hora”.

Narró que desde su infancia ha sido testigo que al abrir la llave del agua esta no fluye, así como cuando el campo mazahua era extenso y fértil para la siembra de maíz, quelites, además de ser fructífero para el cultivo de peces.

Actualmente, dijo, es posible cosechar pero existe el riesgo de sequía por la falta de humedad y de que se contamine el producto.

“Nuestros papás no sabían cómo defenderse, recuerdo cómo vivimos la magnitud del problema pues un solo pozo abastecía a todo el pueblo, que es donde está el Sistema Cutzamala”.

Ante ese panorama, la madre de familia de cuatro hijos, afirmó que el impulso de la lucha por el agua es a favor de ellos y reprobó el actuar del gobierno al no frenar la situación.

En un punto cercano a la compuerta de la presa de esa localidad, un grupo de mujeres lava la ropa porque una pipa de agua les surte el líquido, esto porque a sus domicilios llega a cuentagotas o de plano ni una sola se asoma.

Una vecina del sitio, mientras tallaba unos tenis blancos, mencionó tiene que acarrear el agua de un pozo para su abasto y Alma coincidió en ello, " hemos optamos por surtirla con una pipa, cuyo total de litros nos genera un costo de 300 a 400 pesos cada quincena.