Caso Fátima, la otra historia sobre el homicidio

La familia de uno de los inculpados relata las omisiones en el proceso judicial

  · martes 19 de diciembre de 2017

Foto ilustrativa.

Toluca, México.- El pasado 8 de junio de 2017, la sentencia por el feminicidio de Fátima resultó a favor de José Juan Hernández Tecruceño, uno de los tres jóvenes inculpados en el asesinato de la menor originaria de la Lupita Casas Viejas Hutzitzilapan, Lerma, ocurrido el 5 de febrero de 2015.

El juez determinó que no había pruebas condenatorias en contra de José Juan, quien comprobó su inocencia mediante un video que muestra que al momento de los hechos se hallaba en el municipio de Naucalpan, a más de dos horas de distancia.

A casi seis meses de dictarse la resolución, María del Rosario Tecruceño Hernández, madre de José Juan y su esposo Jorge Hernández, revelan una serie de irregularidades que supuestamente se dieron en el proceso judicial en contra de su hijo iniciado en 2015 y que terminaron siendo falsos. Sus declaraciones son la otra historia del caso Fátima, uno de los feminicidios ocurridos en el Estado de México en los últimos años, que han provocado alerta.

“Yo estoy muy molesta por todas las declaraciones en contra de mi hijo que al final se comprobó es inocente, a todos nos conmueve este caso (de Fátima), pero no por eso voy a inculpar a una persona inocente, estoy hablando del caso de mi hijo”, dijo María del Rosario Tecruceño, en entrevista para este diario.

De acuerdo con el abogado Felipe Ruíz Tenorio, defensor de José Juan, los elementos clave para lograr la libertad de su defendido fue el video que muestra la hora y testigos oculares del lugar donde se encontraba el joven el 5 de febrero de 2015 y que fueron avalados por el juez tras un análisis minucioso.
Otros elementos clave fueron las ropas que vestía el día de los hechos y que fueron presentadas como pruebas ante el juez y finalmente no coincidieron con una camisa y un pantalón que se hallaron en el paraje donde fue encontrada Fátima.

“Nunca se preservaron bien los lugares de hallazgo, de los objetos que presentaron, por ejemplo en el expediente dice que José Juan salió corriendo sin camisa, pero en una de las entrevista la señora Lorena dice que traía la ropa llena de lodo y de sangre”, refirió el abogado en entrevista y haciendo alusión a las contradicciones que existen en el proceso.

Ruíz Tenorio explicó que las pruebas de raspado ADN (sangre) nunca se grabaron en el expediente, por lo que fue desechado pese a que eran esenciales para saber si la sangre correspondía a uno de los tres acusados.
El jurista reveló que la razón por la que se desecharon, es porque no coincidían con la sangre de José Juan y los hermanos Luis Ángel y Misael Atayde.

Entre otras omisiones es que no hubo orden de aprehensión al momento de ser puestos a disposición.

De acuerdo con el abogado y los testimonios de los padres del joven, el video muestra que José Juan entre las 14:00 a las 15:00 horas estaba en su trabajo en Naucalpan, material que no fue recabado por el Ministerio Público, por lo que tuvo que ser la defensa quien lo solicitara para integrarlo al expediente.

En el juicio también se exhibieron ropas que usó José Juan ese día, que no coincidían en tallas con las ropas que le achacaban el día de los hechos.

“Mi hijo no lo hizo, y hay testigos y hay videos, y todo lo que hicieron en contra de él, todo lo entorpecieron desde que el Ministerio Público no investigó como debía, nada más se dejó guiar por los chismas del pueblo”, reclamó María del Rosario Tecruceño.

El 8 de junio de 2017, José Juan Hernández Tecruceño, fue absuelto de todo cargo en el homicidio de Fátima.

Mientras que Luis Ángel fue recluido a 73 años de prisión bajo una sentencia por pruebas circunstanciales indirectas, es decir, por estar en el lugar y coincidir en el tiempo en que se cometió el homicidio, según explicó el abogado Ruíz Tenorio.

En tanto su hermano Misael continúa en el Tutelar para Menores de Zinacantepec, donde cumplirá a finales de diciembre su proceso.
El 5 de febrero de 2015 el cuerpo de Fátima Quintana Gutiérrez, de 12 años fue hallado en el poblado de la Lupita Casas Viejas, Lerma, y que según los testimonios de sus padres presentaba más de 30 puñaladas y una serie de lesiones en manos y piernas.

Aquella ocasión, tres jóvenes fueron acusados por el pueblo de haber cometido el homicidio, e intentaron lincharlos. Las únicas pruebas que existen sobre la acusación son circunstanciales, pues no hay señas biológicas, ni confesiones directas de los acusados.