Para adornar las ofrendas de los mexiquenses en el marco del Día de Muertos, María Guadalupe del Río González elabora y comercializa catrinas de papel mache, mismas que fabrica de manera cien por ciento artesanal y que se traducen en un ingreso extra para ella y su familia.
Lleva alrededor de 10 años elaborando la silueta de “la huesuda”, a la cual viste con elegantes trajes también realizados con papel mache, pintados a mano con estampados con coloridas flores, mariposas, corazones y lo que la imaginación le proponga.
“Llevo ya aproximadamente 10 años haciéndolas, comencé con la técnica de los conocidos ‘viejitos de cabecitas de barro’, pero igual con papel mache, pasados tres años me preguntaron qué otro tipo de figura hacía, y fue ahí cuando me enfoqué mucho en la catrina, comencé a hacerlas poco antes de día de muertos y poco a poco he ido perfeccionando la técnica”, comentó la artesana que vive en San Andrés Cuexcontitlán, al norte de Toluca, a El Sol de Toluca.
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La práctica desarrollada en las manos de María Guadalupe y sus colaboradores, han contribuido a dar diversas formas y acabados a las catrinas, quienes caracterizadas de viudas, Frida Kahlo y bailarinas, entre otras, adornan los altares mexiquenses.
La elaboración
En su estructura, las catrinas de papel mache tienen alambre, cartón, cerámica, migajón, resistol, encaje y barniz, no obstante, para lucir elegantes e impecables en las fiestas de noviembre, sus creadores inician el proceso de compra de materiales desde el mes de enero, y a partir de septiembre inician su elaboración.
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De acuerdo con la artesana, la catrina más pequeña que elabora tiene una altura de 28 centímetros, longitud que permite agregar detalles que diferencien cada creación, sin embargo, también maneja catrinas de 38, 70 centímetros, un metro y 1.75 metros.
Sin embargo, para que una catrina de 28 centímetros esté terminada al 100 por ciento, su elaboración toma entre 5 y 6 horas.
"Las catrinas que mejor se ven son las medianas, las de 38 centímetros, en cada temporada hacemos alrededor de 500 piezas y todas se venden, de ahí le siguen las chiquitas de 28 centímetros, que regularmente hacemos alrededor de 300 piezas", informó la entrevistada.
Al afirmar que la venta de cada año siempre es distinta, María Guadalupe del Río precisó que este año las catrinas de mayor demanda fueron las de 70 centímetros, "me pidieron varias y se estuvieron vendiendo muy muy bien".
Debido a que se trata de una obra de arte muy minuciosa y elaborada, la artesana cuenta con el respaldo y ayuda de otros miembros de la familia, entre ellos sus hijos, quienes ayudan en los procesos de decoración, acabado y laqueado.
Las catrinas de la artesana se comercializan en distintos puntos de la entidad, y este 30 y 31 fueron vendidas en el Mercadito del Campo Mexiquense instalado en el Parque Ambiental Bicentenario, en su edición "Día de Muertos".