La "nueva normalidad" cambió la forma en la que hasta hace unos meses se desarrollaban nuestras actividades cotidianas; por ende casi todas las instituciones tuvieron que modificar sus protocolos, incluida la Iglesia Católica.
Tal es el caso de la Iglesia de San Fernando, ubicada en la zona esmeralda de Atizapán, donde este domingo los creyentes acudieron a escuchar la Misa sin bajarse de sus vehículos para evitar posibles contagios de Covid-19.
Para ello, los encargados de la parroquia habilitaron el estacionamiento donde caben poco menos de 25 autos y desde ahí los asistentes, quienes deben portar cubrebocas y usar gel antibacterial, escuchan la palabra y reciben la comunión.
"Las personas llegan con cubrebocas, caretas, no hay saludo de paz y la comunión se da en la mano; es muy seguro”, señaló uno de los asistentes a la "automisa".
Las familias coinciden que esta es una buena medida para que adultos mayores y niños, quienes no pueden asistir todavía a misas en las iglesias, lo hagan desde sus vehículos.
El padre Pedro Marmolejo Picazo, apoyado por otros sacerdotes, celebrarán las misas dominicales desde las 7 hasta las 2 de la tarde.