El nuevo Corredor Cultural González Arratia fue hace mucho un cementerio de los nativos, un mercado, cine y después una plaza, señaló monseñor Guillermo Fernández Orozco, al “desnudar” a la Toluca antigua.
La autoridad eclesiástica explicó que esta plaza fue parte del Marquesado del Valle de Oaxaca de Hernán Cortés aproximadamente el año de 1522 con la llegada de los primeros españoles a la ciudad y por eso conmemoran los 500 años de Toluca.
Describió que desde el punto de vista religioso en ese tiempo comienza la evangelización en el Valle Matlazinco cuyo cacique Coyotzin quien tenía su palacio y casa cerca de lo que es hoy San Luis Obispo.
Al ser bautizado entre los años de 1529-1530, lo apadrina Hernán Cortes y recibe el apellido del padrino, tiempo en el que llegan los primeros Franciscanos.
El gran convento de la Asunción de Toluca, narró, comienza a construirse hacia 1550 en lo hoy es el obispado, de hecho todavía existe un arco que formó parte de la capilla abierta de Santa Cruz, de los otomíes de San Pablo.
La primera capilla provisional, añadió Mons. Fernández Orozco, se fecha en el año de 1552 y existía una pintura donde estuvo la capilla abierta y en una imagen aparece Pedro Cortés, así como el evangelizador de los otomíes Fray Ortiz.
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Posteriormente, dijo, al lugar también llegó Fray Andrés de Castro que llega hacia el año de 1542 y permanece hasta su muerte en el año de 1577, de quien no se sabe donde esta su tumba.
Coyotzin ya bautizado era dueño de esa plaza y más, por lo que donó a los Franciscanos además del terreno piedra y madera para construir este convento.
Así, recalcó que donde se encuentra el nuevo Corredor Cultural González Arratia, primero fue un cementerio de los naturales, donde se prevé que durante tres siglos y medios fueron depositados restos.
De hecho, añadió que cuando se hizo la primer Plaza González Arratia se excavó y se sacaron restos humanos, que se depositaron en el panteón general.
Posteriormente, informó que en el año de 1834 se convirtió en el Mercado de las Flores y se construyó el cine Coliseo.
Finalmente pasó a ser la Plaza González Arratia y ahora el Corredor Cultural González Arratia.