Llegan las lluvias de agosto, y con ello, la actividad preferida por el señor Luis y su familia: ir al monte a buscar hongos.
Originario de la comunidad de Capilla Vieja, en Amanalco, Luis hace esta actividad durante el mes octavo del año, pues es la única temporada donde los hongos abundan en los montes de la región.
"Cuando empiezan a salir es en el mes de agosto, ahorita ya están por acabarse, nada más es un mes", explicó en entrevista con este medio.
Es toda una actividad extrema. El contacto con la naturaleza que exige buscar hongos pone en riesgo a los recolectores, quienes tienen que salir en grupos para que los ruidos que hagan ahuyente a la fauna silvestre de los bosques.
"Vamos a buscar al monte, sale uno lejos porque cerquita de la casa no hay. Arriesgandose uno, por que luego uno haya víboras", aseguró.
En medio del bosque, entre los pinos y encinos de la región, se levantan las cabezas sobre la lama del monte, y ahí, entre el ocoxal humedecido por la lluvia, están los hongos.
"Cuando uno haya un honguito, lo que hace uno es levantarlo, escogerlo, dejar la tierrita ahí para que haya producción para el otro año", describió.
Esta práctica es ancestral para los habitantes de Amanalco, quienes aprendieron de sus abuelos a recolectar hongos y diferenciarlos entre ellos.
"Cuando nos dimos cuenta ya estábamos buscando", dijo.
Hongos comestibles
Entre los hongos comestibles que hay en esta región destacan las orejas, patitas de pájaro, tecomates, tejamanil, gachupines, entre otros, y sólo los habitantes de las comunidades logran distinguirlos de entre los tóxicos y alucinógenos.
"Casi no los dejan, seguido los juntan. Pero cuando hay, se pueden guisar, típicamente en quesadillas, los despedazan y los echa uno en la tortilla, con sal y queda", describió.
Al ser un alimento nativo del bosque, el señor Luis pidió tener mayor cuidado con las áreas verdes, las cuales se ven amenazadas por los incendios forestales.
"A la gente le digo que hay que tener cuidado, no provocar incendios y si los hay, hay que apagarlos, hacemos brechas, pero el bosque nos da mucho alimento", recomendó.