A dos años de su muerte ocurrida en el estado de Nuevo León, Lorena, madre de Fátima, quien fue asesinada en el Estado de México, colocó un memorial del niño Daniel Emiliano Quintana Gutiérrez, a un costado de la Plaza de los Mártires de la ciudad de Toluca.
Tras develar la placa que lleva la foto de Daniel, Lorena señaló que hace dos años, precisamente un 24 de noviembre, asesinaron a su hijo en Nuevo León y, hasta el día de hoy, no hay carpeta judicializada.
“Este memorial es para recordar al Estado Mexicano que debido a su omisión e indolencia, así como su corrupción e impunidad, estamos hundidos en un infierno”, indicó la también activista.
Refirió que el nombre de Daniel Emiliano Quintana Gutiérrez es una cicatriz que duele en este México feminicida e infanticida, pues hoy se cumplen dos años de no estar físicamente, por que no se cumplieron con las garantías de no repetición para las víctimas indirectas de la violencia feminicida.
“México no solo le falló a Daniel como víctima, sino también falló a los tratados internacionales por la falta de acción para proteger su interés superior por ser un niño, sumado a la lentitud y burocracia de las autoridades del Estado de México”, agregó.
Puntualizó que a pesar de tener una comisión de atención a victimas de violencia estatal, las autoridades protegen el presupuesto de las víctimas sometiendo las necesidades de las victimas a un consejo de valoración para otorgar el beneficio.
Daniel, subrayó, siendo un niño era un testigo protegido en el caso de su hermana Fátima y fue desplazado del Estado de México a Nuevo León para protegerlo de las amenazas de muerte de los asesinos de su hermana, sin embargo, recalcó, no le brindaron medidas ni seguridad para conservar su vida.
Detalló que estando en medidas de protección sintomatizó en su cuerpo la desgracia de su hermana y de la escena espeluznante al descubrir el cuerpo de Fátima en la zona boscosa cerca de su casa, pues a partir de ese hecho comenzó con padecimientos estomacales que ni con medicina se le quitaba.
“Pero el tema no era la salud mental, sino la falta de recursos económicos y el aislamiento, así como el abandono del Estado, que se disfrazaba con medida de protección, así que nos teníamos que conformar con las pastillitas de medicinas similares, pues era el servicio medico al que podíamos acceder”, añadió.
Lamentablemente, manifestó Lorena, el 24 de noviembre del año 2020, los dolores se agudizaron y aunque se solicitó, tanto al gobierno del Estado de México y de Nuevo León, una atención de urgencia, no fue así y hubo necesidad de recorrer hospitales, hasta que le diagnosticaron una supuesta crisis de ansiedad y por lo mismo le administraron una exagerada dosis de ansiolíticos y antidepresivos, que le arrebataron la vida.
“Hasta el día de hoy no hay investigación de parte de la Físcalia de Nuevo León, yo estuve y el gobernador me dio la espalda. No se han conformado con asesinar a mi hijo, sigue la revictimización, pues no hay apoyo para nosotras las víctimas; cuántos hijos más me van asesinar para tener sentencia en mis manos por Fátima, o judicializar una carpeta en Monterrey Nuevo León”, finalizó.