Tlalnepantla, México.- Comprar musgo, heno y otras plantas para adornar el nacimiento en esta temporada navideña, aumenta el daño al medio ambiente; comerciantes sin saberlo, están vendiendo plantas en peligro de extinción, sin que la Semarnat intervenga.
El musgo es capaz de retener hasta 20 veces más su peso en agua y actúa como regulador hídrico, protege el suelo y alberga especies de flora y fauna, explicó el biólogo botánico, Efrén Ramírez de la FES Cuautitlán.
Consideró que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) debe de impedir la venta de estas plantas en vías de extinción.
Detalló que el musgo que se compra en mercados y puestos ambulantes y que luego se va a la basura, tarda siete años en volver a crecer.
“Nosotros, los consumidores, estamos dando nuestro dinero para mantener esta depredación y también podemos pararla”, afirmó el biólogo.
La extracción de los musgos (Bryophyta sensu stricto) tiene un fuerte impacto en los ecosistemas terrestres, y afecta al agua, suelos y otras plantas y animales, generando una disminución de la humedad de los bosques.
Su enorme capacidad de retención de agua se debe a sus propiedades absorbentes. Su importancia en tierras altas trasciende su propia dimensión, porque si se destruyen, la perturbación hidrológica local puede resultar catastrófica.
Arrancarlos para su venta como adornos que luego se tirarán a la basura es algo en lo que los consumidores ya no podemos seguir ayudando, pues nuestras compras mantienen a la cadena de intermediarios y talamontes que llevan este musgo a tiendas y mercados, señaló en entrevista
El crecimiento poblacional y el dinero que deja la venta de estas plantas, ponen en peligro el equilibrio natural de los suelos, pues estos musguitos cumplen un papel irreemplazable en los ecosistemas: protegen los suelos desnudos, cubren las rocas, brindan condiciones óptimas de humedad y nutrientes para que germinen y se desarrollen otras semillas, impiden la erosión y mantienen la humedad.
En tiempos pasados, el uso del musgo en los nacimientos pudo ser insignificante y sin mayor impacto ambiental. Hoy hay otras connotaciones. La imaginación y la creatividad son un reto permanente para buscar elementos alternos en la elaboración de nuestros hermosos pesebres, dijo el investigador universitario.