Un altar para el Día de Muertos en la región sur de la entidad mexiquense, se caracteriza por dos elementos que lo distinguen de los demás: el pan de muerto en forma de animales o personas y un incensario.
Además de llevar cempasúchil, se coloca una flor de nombre "rosa de muerto", la cuál es de color amarrillo-naranja y se da de forma silvestre en los montes de la región.
También lleva papel picado, las frutas y comidas preferidas por los que ya no están en el mundo terrenal.
Pero, a diferencia de la tradicional "rosa de hojaldre" conocida como pan de muerto, en la región sur se hace un pan de harina con azúcar o dulce en forma de animal o de personas. Este es característico de los municipios de Valle de Bravo, Amanalco y Donato Guerra. Pues en municipios como Temascaltepec o Tejupilco, el pan se presenta en forma de rosca.
Asimismo, se coloca un incensario o copalera, donde se coloca cabrón para que la braza que produce, desprenda el humor del copal, alejando a los malos espíritus de la ofrenda.
Lo esencial es colocar sal, agua, una veladora o parafina y la imagen de algún santo de la religión católica, principalmente, una cruz o una Virgen de Guadalupe.