En las comunidades periurbanas del Valle de Toluca persiste la buena costumbre de captar el agua de lluvia, misma que es utilizada en actividades cotidianas como el lavado de ropa, limpieza del hogar y hasta el baño diario, sin embargo, los gobiernos municipales y estatal deben considerar reforzar los sistemas de captación comunitarios, con lo cual se garantizará acceso al líquido en las zonas donde no existen redes de agua potable.
Lo anterior fue expresado por Eloisa Dominguez Mariani, profesora- investigadora de la División de Ciencias Básicas e Ingeniería de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Lerma, quien precisó que el aprovechamiento de agua de lluvia es una práctica ancestral que se ha mantenido vigente en las comunidades rurales, en las que, debido al difícil acceso, no se cuenta con redes de agua potable para garantizar a los pobladores el acceso al agua.
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“Ha habido una reducción o un deterioro en la calidad del agua de lluvia, aunque no está demostrado, sí se puede usar con seguridad en el lavado de pisos y baños, de ropa, para riego de plantas y suministro a animales, pero para consumo y uso de alimentos se debe estudiar su calidad, aunque en algunos sitios persiste la costumbre de utilizarla después de dejarla en almacenamiento, por precaución se hierve entre 15 o 20 minutos”, mencionó la catedrática.
Aprovechamiento debe implementarse también en zonas urbanas
La investigadora de la UAM, quien también es especialista en Evaluación de la Contaminación del Agua Subterránea y Aprovechamiento de Agua de Lluvia en Comunidades, sostuvo que, así como en las comunidades se aprovecha el agua de lluvia, las zonas urbanas también deben hacerlo, pues con ello se mitigará el estrés hídrico que hay debido a la alta demanda y las bajas precipitaciones que año con año se registran.
Recordó que, incluso en las comunidades asentadas en regiones semi-urbanas, todavía persiste la costumbre de suministrar agua potable con ayuda de pozos de extracción, de la cual se obtiene agua de buena calidad, no obstante, estos impactan severamente en el nivel de los acuíferos debido a la baja recuperación en relación al nivel de extracción del líquido.
“Aunque en muchos lugares el uso de pozos es el medio más amplio para obtener agua potable, se debe poner atención en el índice de almacenamiento de los mismos, porque hay una competencia en materia de extracción que hace que las comunidades queden en desventaja, porque estas zonas no cuentan con la infraestructura más avanzada para poder extraer el líquido”, destacó.
Esta es una razón más por la que el aprovechamiento de agua de lluvia es positivo, pues con este líquido se disminuye la cantidad de agua demandada a los pozos de extracción, explicó la entrevistada a El Sol de Toluca.
En este contexto, mencionó que los sistemas de captación de agua de lluvia en las comunidades son variables, sin embargo, puede realizarse con la colocación de un depósito a cielo abierto, hasta la realización de canaletas que contribuyen a conducir el agua a un punto en particular.
“Aunque todo es hechizo se ha ido haciendo, en este escenario de escasez, de sequía y de ausencia de agua de lluvia, hay temporadas en los que muchos de los pozos comunitarios y también de los sistemas operadores no tienen el abastecimiento suficiente de agua de lluvia, por eso es de suma importancia aprovechar el agua de lluvia cuando la hay.
“Recomendaría que los gobiernos municipales y estatal aprovechen el agua de lluvia para abastecer a las comunidades de difícil acceso, incluso en la Ciudad de México ha sido una política de algunas alcaldías, en donde se implementa el uso de estos sistemas de captación”, aseguró la académica.
Estado de pozos del Edomex
El Programa hídrico Integral del Estado de México 2017-2023 indica que en el Estado de México existen dos mil 072 pozos de extracción de agua, de los cuales, mil 671 están en 97 municipios, mientras que los pozos restantes se ubican en acuíferos de Hidalgo y Michoacán.
Los mil 072 pozos de extracción de agua en la entidad se encuentran asentados sobre los acuíferos Chalco-Amecameca; el Cuautitlán-Pachuca; el Ixtlahuaca-Atlacomulco; el Polotitlán, el Temascaltepec; Tenancingo; Texcoco; Valle de Toluca y Villa Victoria-Valle de Bravo.
De los pozos asentados en acuíferos en territorio estatal, 81% son municipales, 8% federales, 4% estatales y 7% particulares, siendo el acuífero del Valle de Toluca el que concentra mayor cantidad de pozos de extracción, con un total 493 en 23 municipios.
En el acuífero Ixtlahuaca-Atlacomulco, que tiene una extensión en nueve municipios mexiquenses, se cuenta con 242 pozos de extracción y 211 en el de Villa Victoria-Valle de Bravo, que contempla 10 municipios.
En el acuífero Cuautitlán-Pachuca que contempla 15 municipios hay 217 pozos; en el de Chalco-Amecameca hay 10 municipios con 65 pozos y en Polotitlán, en sólo cuatro municipios hay 87 pozos.
Mientras que el acuífero de Temascaltepec tiene 49 pozos en cuatro municipios; en el de Tenancingo hay 163 pozos en 12 municipios y en el de Texcoco hay 144 pozos en 10 municipios.
Según datos de la CAEM, para que sea positiva la extracción de agua de algún pozo, es necesario que previo a su perforación se realice un estudio técnico del sitio, con la finalidad de identificar la viabilidad de la perforación.