Entre los grandes árboles de oyamel, bajo las montañas del Ejido de San Juan de las Huertas, en Zinacantepec, nace el agua; son los mantos acuíferos que se crean por el deshielo del nevado de Toluca.
Esta agua que por medio de tuberías llega hasta los hogares de esta comunidad, busca ser conservada a través de distintas acciones, entre ellas la reforestación, limpieza de la zona y colocación de gaviones de piedra que realiza el Comité de Agua Potable y algunos vecinos.
El Sol de Toluca realizó un recorrido por las profundidades de este ejido, entre los caminos de lodo y tierra, donde por debajo corre el agua, aquí donde los árboles de oyamel de más de 200 años ayudan a infiltrar el agua.
Estos enormes árboles con sus grandes troncos son los que detienen a las montañas para evitar que se deslaven, pero no es suficiente, así lo dicen los pobladores, quienes han comenzado a colocar gaviones artesanales hechos de los mismos troncos caídos y grandes rocas que ahí se encuentran, parecidos a muros de piedra, que pueden soportar el peso de la tierra y así evitar que se vengan abajo y tapen las salidas de agua.
'Lo que queremos es levantar los grandes troncos de los árboles a una buena altura para evitar que nos gane las montañas y se vengan hacia abajo', comentó Don Octavio, presidente del Comité de Agua Potable, mientras realizábamos el recorrido.
Para llegar hasta donde esta el agua nace y pasa, hay que caminar por trayectos que no están marcados, subir y bajar las enormes rocas, saltar las gruesas ramas tiradas, sostenerse de la tierra mojada de las montañas, pisar con fuerza y sobre todo, afirman los pobladores, pedirle permiso a la Madre Tierra.
'Cuando venimos para acá yo siempre les digo que hay que pedirle permiso porque esto es de la Madre Tierra, ella lo da y por ella lo tenemos', comentó uno de los pobladores que iba acompañando.
Es por eso que las acciones que se realizan en el corazón de la montaña, no buscan afectar a la naturaleza, ni su ciclo; y solo tratan de evitar que las rocas y tierra caída lo conviertan en una zona inaccesible, aseguró Don Octavio
'Como ve aquí no entra la maquina, los caminos son angostos por eso todo lo hacemos a mano, nos organizamos y entre varios venimos porque si tenemos que ser muchos para levantar los troncos y ponerlos'.
Las personas que apoyan en realizar estas acciones, la mayoría hombres adultos mayores, coinciden en que el trabajo por realizar es mucho, por lo que, dicen tardarán varios años en terminarlo, pero con esto, compartieron esperan que sus hijos y nietas tengan el agua.