El confinamiento por la pandemia de Covid-19 incrementó el consumo de tabaco, alcohol y enervantes. Además de los adictos conocidos, también salieron los de clóset.
José Ramón Galván Vega, subdirector de Promoción y Bienestar Familiar del Sistema DIF-Ecatepec, indicó que esta problemática es multifactorial pues involucra situaciones de estrés, depresión, desempleo, carencia de recursos económicos y además el encierro.
Durante el primer año de la pandemia salieron a la luz las personas que consumen algún tipo de sustancia adictiva. Antes solían hacerlo a escondidas. Tras varios meses de encierro, llegó el momento que no les importó hacerlo frente a su familia porque les ganaba la adicción.
“De eso, pasan al consumo diario, ya no había problema que los vieran sus hijos que creían que era algo normal, ya se habían acostumbrado y de ahí fue un crecimiento tremendo. Sus parejas tenían que aceptar la situación, dejarlo en casa en lugar de que fuera a la calle”, dijo Galván Vega.
La violencia verbal y física causadas por distintos factores como el estrés también llegó con el confinamiento. Se registraron algunos casos de golpes y ataques con arma blanca de jóvenes, a quienes no se les permitía salir. Así, los padres consintieron que sus hijos se drogaran en casa y a la vez ellos estuvieran más tranquilos, creyendo que de esta forma evitarían problemas.
Ecatepec, caso especial
El especialista estimó que en Ecatepec al menos 20 mil personas sufren alguna adicción. Un 40% está entre los 14 y 19 años. En menor porcentaje están los niños de 10 a 12 años, donde en casa, alguno de sus padres o ambos se drogan.
Las colonias ubicadas con los más altos índices de drogadicción, dijo el especialista, son: Tablas del Pozo, seguida de Ciudad Cuauhtémoc, algunas zonas de Xalostoc, Ciudad Oriente y Jardines de Morelos.
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Pepe Galván es adicto. Comenzó a los 14 años y hasta los 16 se vio inmerso en el alcoholismo y drogadicción. Su madre tenía que recogerlo en las esquinas donde quedaba tirado.
“Mi madre cometió uno de los errores más grandes del mundo, me dio amor, sólo amor y nunca me dio un jalón de greñas y yo abusaba. Además que en ese tiempo no existía mucha información”.
La carencia de información para resolver este tipo de problemas lo impulsó a prepararse y ayudar a los jóvenes adictos.
El Crystal está de moda
Destacó que actualmente es muy fácil tener acceso a drogas. Intervienen varios factores. Inicia como un descubrimiento. Durante la pandemia se sumó la depresión por no poder salir, la falta de dinero y el ambiente tenso en casa. Drogarse les permite escapar de la realidad, junto a los amigos que también lo hacen.
El centro de rehabilitación de Ecatepec cuenta con áreas para tratar el tabaquismo, marihuana, cocaína y ahora el crystal. Sobre esta última sustancia, dijo que debido a su bajo costo es de fácil acceso, sin embargo, es la más adictiva y dañina por los componentes químicos que contiene.
Explicó que el crystal es una metanfetamina, un estimulante sumamente adictivo que desprende polvo blanco cristalino, de ahí el nombre.
De acuerdo con los testimonios de algunas personas adictas es usada para calmar la ansiedad, pero resulta todo lo contrario. Ellos lo saben y ya no les importa. Les cuesta entre 50 y 100 pesos, el efecto les puede durar hasta tres días.
El crystal está de moda. Primero afecta al sistema nervioso central, adormece el cuerpo y en algunas personas el efecto puede ser contrario, pues los llena de euforia.
No tiene olor, pero tiene un sabor amargo que fácilmente se disuelve en agua o en licor. A diferencia del consumo de la marihuana y cocaína, su efecto depende del estado de ánimo.
El terapeuta expresó que por lo regular, los consumidores se encuentran eufóricas en fiestas donde han consumido una o dos copas. Los depredadores les invitan una tercera o una cerveza destapada que lleva la droga disuelta, la víctima nunca se da cuenta.
“Es así como nos llegan niñas violadas, víctimas de abuso que dicen que salieron con sus amigos que se supone las cuidarían y son los que terminan haciéndoles daño”.
Drogas y casos de violación
El subdirector de Promoción y Bienestar Familiar refirió que en el año el centro atendió de uno a dos casos por semana de mujeres entre los 14 a 19 años, víctimas de violación que fueron drogadas.
Mencionó que actualmente la gente se droga por falta de información y nace un círculo donde todo les parece normal, donde todo mundo se droga.
No existe una edad considerada como foco amarillo es el grado de consumo donde se encienden las luces; pueden tener una edad avanzada y consumir poco o viceversa.
Apuntó que los consumidores saben las consecuencias negativas que las drogas producen en sus cuerpos, en sus almas, en sus mentes y en sus emociones; pero ya no les importa.
El daño es colateral, permanente y siempre va a depender del método que fue utilizado para consumir la droga, ya sea inhalada, inyectada; tomada, rectal, fumada; inyectada en la lengua, en la cabeza o en el cuello.
Los adictos siempre terminarán con lesiones en el organismo, donde lo primero que se afecta son las vías respiratorias como los pulmones. También ocasiona daños psicológicos, psicosis, desorientación, alteraciones de conducta y trastorno mental, aseguró.
Detección y apoyo temprano
Pepe Galván está a punto de titularse como psicólogo. Expuso que la adicción se convierte en un hábito de conducta de consumo frecuente de determinadas sustancias de las que llega un momento en que ya se pueden prescindir.
Enganchan al consumidor y no las puede dejar por razones psicológicas o fisiológicas. Insistió que la detección y apoyo temprano es lo más importante.
Existen tratamientos como la acupuntura simple y acupuntura láser para tratar las adicciones al tabaco, cocaína, marihuana y crystal. Desafortunadamente no funciona para el alcoholismo.
En el centro de rehabilitación donde labora, los tratamientos empiezan con masajes terapéuticos. Contó que la gente llega deprimida, por el hecho de saber que serán desintoxicados, entran en tensión y buscan pretextos para eludirlo.
Destacó que es importante el masaje para los adictos, pero también un “apapacho”. Son personas que se sienten golpeadas, marginadas, pisoteadas, humilladas y un masaje revitaliza, aseguró el experto.
Mencionó que existen clínicas particulares donde un tratamiento de desintoxicación ronda en 36 mil pesos por tres meses. Quienes no pueden costearlo pueden acudir a los centros municipales como el DIF-Ecatepec, donde sólo pagan 100 pesos y reciben masajes terapéuticos, acupuntura y sesiones psicológicas.
Existen adictos que aceptan ser ayudados, pero tienen temor de ir a anexos irregulares. Relató que un joven le comentó que fue anexado en una casa donde le gritaban, lo amarraban, le pegaban, le arrojaban orina y excremento.
Enfatizó que es importante durante el proceso de desintoxicación que el paciente no se sienta juzgado, criticado o avergonzado. Debe existir empatía con la persona y que sienta que realmente va a tener apoyo, ya que si se encuentra en estado de negación, el tratamiento no funcionará.
Desahogo
Antes de ser tratados, los pacientes maldicen, reclaman y culpan a todo mundo. Esa catarsis es importante, pues representa un desahogo. Cuando un adicto dice “no”, es difícil que el tratamiento sea efectivo.
Después de la desintoxicación viene una parte esencial: la valoración personal. Los especialistas recomiendan que los padres también cuenten con información esencial.