A pie de río, las casas de las colonias Juárez y Rincón de López se erigen como si fueran parte del entorno natural; sin embargo, la construcciones irregulares fueron el principal factor para la inundación que se generó con la tormenta del jueves, reconoció el alcalde Rigoberto López.
Hace 40 años, las familias comenzaron a llegar y a levantar los cuartos que después se convertirían en casas, poco a poco ganaron terreno al caudal, reconoció una de las vecinas, quien aseguró que nunca habían vivido una emergencia como la suscitada en las últimas horas y aprendieron que la naturaleza reclama su espacio.
“Construimos y algunos tratamos de respetar al río, pero hubo quienes construyeron al filo, hasta hicieron puentes y plantaron árboles en el río. Cuando llegamos, hicimos la calle, nos cooperamos para los servicios y a hasta escuelas hay”.
La fuerza del río anoche no corrió por el caudal al que lo han limitado con el crecimiento que las autoridades municipales califican de desordenado, sino por el que tenía originalmente, en donde hoy hay concreto y hogares improvisados conforme se agranda la familia.
“Las construcciones están invadiendo el derecho de vía de los arroyos que, tarde o temprano, reconocen su camino. Es el crecimiento desordenado e irregular”, declaró el presidente municipal de Tejupilco en entrevista.
Las consecuencias de esto, reconoció Mariela, vecina afectada, las viven con cada lluvia, pero en este último evento, temieron por sus vidas.
No solo perdieron sus pertenencias, sino estuvieron a punto de quedar enterrados entre el lodo, el cauce y todo lo que éste arrastró, como una veintena de vehículos.
Pero la emergencia no ha dado tiempo para establecer el curso de las acciones que deberán seguir, pues el balance de daños se extenderá al menos por tres días, ya que primero deben limpiar todo lo que se arrastró.
Informes del Ejército señalan que incluso hay dos viviendas que podrían tener daño estructural, por lo que una vez que terminen de sacar el lodo, se realizará el análisis pertinente.
Pero los afectados temen que las lluvias de intensidad tal que desbordan el río, no hayan acabado. Aún falta un mes de la temporada, por lo que temen que el agua vuelva a arrasar con lo poco que les queda cuando reclama su espacio y cauce natural.