El taller de fuego persiste en El Calvario de Toluca.
A un año del fallecimiento del escultor Fernando Cano Cardozo, su taller sigue funcionando, pues su esposa, Marthel Cano, proyecta esculturas, además de fomentar la enseñanza de la ceremonia.
El espacio es resguardado por algunas de las mujeres de hierro que creó Cano, testimonio de su obra que perdura. En este espacio puede encontrarse el soplete que utilizaba el artista para soldar y cortar las figuras humanoides que caracterizaban su estilo. También está el yunque con el cual golpeaban el hierro, su caja de herramientas, esculturas y algunas figuras que fueron realizadas previo a su partida, en su mayoría mariposas. El lugar guarda fotografías de los distintos premios, además de ser maestro de varias generaciones de artistas.
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La técnica de Cano se considera única, pues trabaja con hierro forjado y soldado, con el fin de crear figuras humanas que evocan distintas emociones.