Valle de México.- La gasolina se convirtió en un golpe para el bolsillo de millones de automovilistas en el Estado de México, a tal grado que el costo de moverte en tu coche para llegar al trabajo, a la escuela o al supermercado, se disparó entre 90% y 95% en los últimos seis años.
De acuerdo con Pablo Morquecho, investigador de la organización el Poder del Consumidor, las cifras publicadas por Pemex y la Comisión Reguladora de Energía (CRE) demuestran que anteriormente un automovilista requería 428 pesos para llenar el tanque de un coche subcompacto, de 40 litros, con gasolina regular o Magna.
Sin embargo, para octubre de 2018 se necesita de un desembolso de 818 pesos con 40 centavos para comprar la misma cantidad y tipo de combustible, cifra equivalente a un alza de 91.21%.
Por si esto fuera poco, si el automovilista prefiere llenar su tanque con gasolina Premium o de alto octanaje, la cifras se disparan de 452 a 880 pesos, con un encarecimiento promedio de 94.69% durante los últimos seis años.
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Ante esto, la alternativa que tiene el gobierno federal para reducir los precios de las gasolinas giran entorno a la eliminación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), el costaría unos 170 mil mdp anuales para las finanzas públicas del país, es decir, más de lo que costaría la refinería que tienen planeado operar en Dos Bocas, Tabasco.
Una eventual eliminación del IEPS podría reducir los precios de las gasolinas hasta en 35 %, lo que significa que la Magna tendría un recorte de entre 5 y 6 pesos por litro para regresar a 13 pesos, aunque eso generaría una faltante de recursos para las finanzas públicas de la magnitud de la nueva refinería, cuyo costo se estima en 160 mil mdp, según datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
Como consecuencia de esto diversas organizaciones como Bici Verde, en Cuautitlán Izcalli, han exhortado a la población a utilizar la bicicleta y dejar el carro para ir por los niños a las escuelas, al supermercado, al deportivo o a trabajar en las empresas que se ubican dentro de la localidad, ante la falta de gasolina.
Con el desabasto de gasolina las personas han desempolvado sus bicicletas y piden que se las arreglen rápido; el trabajo ha aumentado un 90 por ciento, en las refaccionarias señala Ignacio Soto, propietario de este negocio.
Parece que la gente se está acostumbrado en utilizar la bicicleta en estos tiempos de crisis (...) yo creo que la bicicleta es la mejor opción a la mano en estos momentos, este vehículo que no gasta gasolina es lo mejor
Con este tipo de prácticas, el trabajador afirma que las personas se mueven más rápido, se transportan en menos tiempo, no van apretados en el camión “y no tienes que esperar la combi, es algo satisfactorio además de tener una mejor salud”.