Ocoyoacac, México.- Con el uso de botellas Luis Martín Valentín Rosales, recrea microhábitat para especies de musgos y helechos de la zona de la Marquesa, que están en riesgo de desaparecer. Su intención es coadyuvar a que algunos tipos de plantas se extingan.
“Le llamamos los jardines eternos, son pequeños hábitat al interior de botellas de vidrio, que copiamos de un ingeniero de Inglaterra”, explicó el ingeniero zootecnista, originaria de San Jerónimo Acazulco.
El proyecto, lo lleva a cabo junto con su hermano menor desde hace cinco años, desde entonces dedican tiempo extra para crear nuevos jardines, los cuales en su totalidad crecen al interior de las botellas y tienen un ciclo de vida longevo que puede superar los 100 años.
“Las plantas nacen al interior de las botellas, las puedes meter de unos dos centímetros y en un año se desarrollan, controlamos su crecimiento reduciendo el espacio con la botella”, comentó Luis.
Su proyecto no está muy alejado de la forma vida futurista para conservar hábitat, pues de alguna forma lo que hace es crear plantas in vitro.
“Se crea a partir de generar condiciones de suelo, que comienza con una capa de rocas mezclada con hojarasca, que va proporcionando nutrientes, que va filtrando la humedad y el agua”, detalló el zootecnista.
Son tres capas de suelo que crea en botellas de entre 20 a 30 centímetros de alto, las cuales se mezclan y se recrean de forma similar a las condiciones que existen en el mundo natural.
Actualmente sus estudios se han hecho con helechos y musgos originarios de la zona de la Marquesa, que son endémicas de San Jerónimo Acazulco. Este tipo de plantas son más resistentes.
Según explica el ingeniero, las plantas generan su propio oxígeno y el resto se les proporciona del exterior con ayuda de un corcho que se instala en la boca de la botella, y al cual se les hacen fisuras para que filtre el aire.
“Especies vivas como insectos no sobreviven en la botella por la falta de oxígeno, sólo especies de hongos que le sirven a las plantas para realizar su proceso de reproducción, es decir, sueltan sus esporas, los hongos mueren y vuelven a nacer otros”, detalló Luis Martín.
Aunque su proyecto no cuenta con promoción con empresas ni gobiernos, sus prototipos los difunde entre colegas y conocidos que adquieren las botellas con los hábitat.
“En la casa tenemos nuestra siembra en la azotea, ahí nos ponemos a crear los jardines”, mencionó.