La Fonda Don Carlos es un negocio que ha construido comunidad.
Con 48 años en el negocio de la venta de alimentos, la nueva normalidad la ha enfrentado con una innovación que comenzó a cultivar desde hace décadas, pues a la fecha tiene una cartera de clientes fieles.
Héctor Ang Serrano, actual dueño de este tradicional restaurante de la capital mexiquense, recuerda que era un niño cuando su padre Carlos Ang Mondragón comenzó con este negocio.
“Mantenernos en el gusto de nuestros clientes es lo que nos ha permitido salir adelante del momento complicado por el que estamos atravesando.
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"Nuestros clientes asiduos, afortunadamente siempre nos buscan, por lo que encontramos la forma de brindarles atención, pero sin poner en riesgo su salud", expresó.
Para el empresario no hay nada con qué pueden pagar la solidaridad de sus clientes, pues aunque tuvieron que cerrar por unos días siempre le preguntaban por su menú.
“Lamentablemente, todos los días te encuentras con que alguien cerró sus cortinas y no volverá a abrir o tal vez regresen, pero con otros giros.
"Nosotros hemos tenido la dicha de mantenernos en el gusto de la gente durante más de cuatro décadas, con nuestro característico sazón", Dijo.
SECRETOS
Entre los factores que han consolidado su cartera de clientes se encuentra el trato personalizado que favorece la comunicación con sus clientes, su característico sazón y el trabajo en equipo.
“Nuestros principales secretos: el trato personalizado, mantengo al mismo proveedor de mi padre, la elección de las carnes y los frijoles que no encuentras en ningún otro lugar”, indica.
Así en tiempos de pandemia la clientela le sigue solicitando distintos platillos.
“Nos hemos adaptado a colocar nuestros guisos a través de redes sociales como Facebook, en donde vas a encontrar los costos, nuestros medios de contacto y nuestro menú diario”, enfatizó.
Al inicio de la pandemia, su establecimiento brindó atención a través de pedidos en ventanilla, rolando a sus 12 trabajadores que son parte fundamental de este proyecto.
“Afortunadamente ninguno de nuestros trabajadores se dio por vencido y en la medida de nuestras posibilidades seguimos trabajando, hasta llegar a este período de reapertura gradual que las autoridades de salud”, comenta el empresario.
Aquí la premisa es instrumentar todas las medidas sanitarias para evitar contagios de Covid-19, como el uso de cubrebocas, la sana distancia, no se puede fumar al interior del establecimiento, se toma la temperatura a los clientes, se reparte gel antibacterial, el lavado de manos es permanente y fueron colocados tapetes sanitizantes.
“Sabemos que muchas familias dependen de este negocio, afortunadamente la respuesta de nuestros amigos y clientes ha sido muy positiva. Mantenemos la modalidad de servicio a domicilio, debido a que mucha gente todavía no tiene la confianza de salir a consumir ”, afirma.
Además la estrategia de enviar los alimentos a donde los soliciten los clientes sin costo alguno también ha sido un plus para la Fonda Don Carlos, lo cual también le ha permitido mejorar su servicio para los clientes.
PLATILLOS
Entre los platillos característicos del negocio, los cuales a su vez son los más solicitados, están la pancita, el chicharrón, las albóndigas, el espinazo en salsa verde y las verdolagas.
El costo de cada platillo es de 85 pesos e incluye refresco, guisado, frijoles, tortilla hecha a mano y bolillo de amasijo.
El nombre del negocio se debe a su padre Carlos Ang, quien mantuvo este negocio durante 25 años en lo que se conocía como "Lerdo chiquito".
“Nos fuimos porque el local era de adobe y terminó por derrumbarse. Teníamos muy cerca del Palacio de Gobierno, el ayuntamiento y los juzgados ”, recuerda.
Posteriormente se trasladaron a un lado del Cosmovitral, donde permanecieron una década hasta llegar a donde se ubican actualmente Melero y Piña, esquina González Arratia, en la colonia San Sebastián.
Destaca que muchos de sus clientes han sido políticos, como los exgobernadores César Camacho Quiroz e Ignacio Pichardo Pagaza, además de exalcaldes de Toluca, entre otros.
El actual propietario de la Fonda Don Carlos también indica que una de sus fortalezas es el muro fotográfico donde se aprecia al dueño del establecimiento con figuras deportivas, políticos, futbolistas, luchadores profesionales, actores, periodistas y distintos amigos.
“Quiero que se agrande este muro de amigos en los próximos años porque nos falta escribir muchas historias. La gente que no es de Toluca siempre nos llega a preguntar por él ”, apunta.
Otra de sus satisfacciones es que el tranvía turístico que sale de la Catedral llega a la Fonda Don Carlos.
IMPACTARÁN PANDEMÍA EN RESTAURANTES
La Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac) informó que el confinamiento por la pandemia de Covid-19 y la falta de apoyos gubernamentales han provocado el cierre de 90 mil restaurantes en todo el país, en su mayoría micro, pequeños y medianos negocios (Mipymes).
En el Estado de México, datos de la Asociación de Bares y Restaurantes (Asbar) indican el cierre de por lo menos 10 mil negocios de este giro en lo que va de la pandemia, de un total de 76 mil que operaban en toda la entidad .
De acuerdo con el semáforo epidemiológico naranja que impera en el estado, los restaurantes mantienen limitantes en su aforo de un 30% en espacios cerrados y un 40%, en lo que corresponde a lugares abiertos.
Con una aportación del 15.3% del Producto Interno Bruto (PIB) en materia turística y del 1.3% al PIB nacional, el sector restaurantero es uno de los más productivos y representativos de la actividad económica, que está de manera significativa al crecimiento del país.
Este sector ocupaba el primer lugar en puestos de trabajo remunerados dentro de la industria turística, antes de la pandemia del Covid-19.
BAJAN VENTAS
La afectación a la industria restaurantera por las medidas del confinamiento y el distanciamiento social también ha sido evidente, pues ocho de cada 10 establecimientos no han tenido ventas desde hace más de 40 días.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que hasta el año pasado había 635 mil 788 unidades económicas en el país dedicadas al sector restaurantero y de comida preparada.
De esa cifra 98% son micros, pequeñas y medianas empresas. Y seis de cada 10 son negocios familiares.
Este sector brinda empleo directamente a más de 2.1 millones de personas en México.
Sin embargo, al impactar en 83% de las ramas económicas del país, el INEGI señala que generan 3.5 millones de puestos de trabajo indirectos.
En el caso de la entidad, los restauranteros emplean de manera directa a cerca de 340 mil personas, a lo cual habría que sumar a los empleados indirectos.
Por ello, uno de los sectores que debe ser atendido de manera prioritaria es esta actividad económica, pues potencia otros sectores que también se han visto impactados durante la actual pandemia que ha generado una nueva normalidad, donde se ha instrumentado una reapertura gradual, pero con medidas sanitarias para evitar un mayor número de contagios.