Crece la violencia dentro de penales del Edomex

En 2018 se dieron 26 riñas y 199 agresiones al interior de las cárceles mexiquenses

Por Filiberto Ramos

  · domingo 14 de abril de 2019

Penal Neza-Bordo / Foto Cuartoscuro

Toluca, México.- "A mi papá lo picaron en todo el cuerpo", dice Ricardo, "pero le quisieron poner un lazo para colgarlo y simular que se había suicidado", revela el hijo del exreo.

Era el 21 de marzo de 2019. Rozaban las 10:30 horas, al interior de la celda 13 del penal estatal de Santiaguito, Jesús se preparaba para tomar un baño antes del pase de lista. Sus agresores llegaron por la espalda: una, dos y más veces lo picaron con una punta que lo hizo desvanecerse de inmediato.

"Su cuerpo lo encontraron horas después, envuelto en una cobija, lo quisieron esconder debajo de uno de los dormitorios", relata otro familiar de Jesús.

De acuerdo con el acta de defunción y el expediente con número FHT/FHT/00/MPI/401/00136/19/03, la causa de muerte del reo Jesús Peña Santiago, de 58 años, fue por arma punzocortante que le causó diversas lesiones en la espalda y órganos vitales.

El cuerpo de Jesús permaneció cerca de cinco horas envuelto en una cobija, debajo de una de las camas del dormitorio. El pase de lista, por incongruente que sea, se hizo bajo su ausencia. Sin activar el protocolo que obliga a los custodios en caso de una fuga.

La muerte en el penal así ocurre la mayoría de las veces. Llega en silencio.

“Es ilógico que no se hayan dado cuenta cuando se hizo el pase de lista”, reprocha Ricardo. “Eso es a las doce y todo el penal sabía de lo ocurrido, menos los custodios”.

PENALES DE SANGRE

La violencia que impera al interior de los centros penitenciarios del Estado de México, provocada por los grupos del crimen organizado, acumuló en tan sólo un año y siete meses 44 asesinatos de internos y 316 lesionados.

La cifra crece especialmente en siete penales, detalla un documento obtenido vía la Ley de Transparencia de la entidad, mediante dos solicitudes dirigidas a la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM).

En las peticiones se cuestionaba sobre el ambiente de violencia al que están sometidos los internos recluidos en los 21 penales estatales.

En la primera respuesta a dichas solicitudes, de folio 00434/SSEM/IP/2018, se desglosa que de enero a diciembre de 2017, los 21 penales en jurisdicción del Estado de México acumularon 26 homicidios dolosos, así como 207 agresiones, 70 lesionados y dos riñas.

Los hechos se concentran en seis penales, encabezados por el de Neza-Bordo (10 muertes) y el de Ecatepec (7 muertes).


NEZA-BORDO

El centro penitenciario ubicado en el municipio de Nezahualcóyotl, mejor conocido como Neza-Bordo, es el que concentra el mayor número de incidencia, según revelan los dos informes solicitados.

Durante 2017 este penal mexiquense registró una sola riña, pero en contraste hubo 59 agresiones cuantificadas, con saldo de 48 lesionados y 10 personas que perdieron la vida en las mismas.

Mientras que en 2018 el número de riñas subió a cinco hechos con 44 agresiones registradas y 37 reos lesionados. El número de muertos fue de cuatro personas que fueron asesinadas en medio de los conflictos.

(Quién lo dice) La banda de Luis Alberto González Nieto, alias el “Tatos”, era una de las causantes de estas cifras, que operaba en el Neza-Bordo, principalmente extorsionando a los reos con el pago del derecho de piso.

El Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2016, elaborado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), indica que el Neza-Bordo fue construido para tener una capacidad de mil 716 presos, sin embargo alberga 4 mil 191 reos, lo que refleja una sobreocupación del 244%.

La situación se repite en la mayoría de los penales con alta incidencia de agresiones y muertes, detalla el diagnóstico.

SANTIAGUITO

El penal donde ocurrió el asesinato de Jesús es el tercero más inseguro para personas encarceladas. La cifra de muertes en 2017 fue de tres y 33 agresiones ocurridas, indica la respuesta de información solicitada a la SSEM vía la Ley de Transparencia.

Mientras que en 2018 el saldo fue de tres riñas colectivas, 29 agresiones, 29 lesionados y cuatro personas muertas.

Sin embargo, revela Ricardo, pocas agresiones se conocen del otro lado de las rejas. La mayoría se deja entre los barrotes. Simplemente porque así operan los penales, sentencia.

LO QUE SE NIEGA

Mediante una segunda solicitud de información vía la Ley de Transparencia, registrada bajo el número 00434/SSEM/IP/2018, se pidió detallar a la Secretaría de Seguridad del Estado de México y a la Subsecretaría de Control Penitenciario lo siguiente:

-Número de grupos del narcotráfico y crimen organizado identificados en los penales estatales del Estado de México.

-Nombre de los grupos del crimen organizado y del narcotráfico que existen al interior de los penales, así como el número de personas que lo integran.

Al respecto, la dependencia negó que existan ese tipo de organizaciones al interior de los centros penitenciarios mexiquenses.

“En los archivos de este Sujeto Obligado, no se localizó ninguna estadística que pueda responder estas interrogantes”, cita el documento.

También se solicitó Cuáles son los principales lujos con los que cuentan los líderes de grupos del crimen organizado al interior de los penales del Estado de México

La respuesta de la SSEM sostiene que no existe ningún privilegio, ni lujos para ninguna persona privada de la libertad.

En otra de las peticiones, la Secretaría de Seguridad estatal también negó que al interior de los penales se hagan llamadas para cometer algún delito, como la extorsión y el secuestro.


CERCA DE LA LIBERTAD

En la casa de Jesús, en el municipio de Chimalhuacán, sobre un pequeño altar improvisado, se colocó un par de fotos y su raqueta de frontón. Era amante de ese deporte, revela su hijo. Luce sobre el suelo una alfombra de veladoras y unas imágenes de la Santa Muerte.

En las fotos Jesús se mira sonriente y en una sostiene su pelota de frontón.

A ese altar se reduce las pocas pertenencias que la familia recuperó de la celda en que vivió Jesús por 20 años.

“No le podían robar más que unas cuantas cosas”, reprocha Ricardo. La muerte en los penales puede llegar así de fácil.

Durante los 20 años que estuvo en prisión, Jesús nunca tuvo una falta, ni fue castigado, asegura Ricardo.

La brecha final de su sentencia llegaba en seis meses. Pero la vida no le otorgó tregua para volver a mirar la libertad.

“Él tenía licenciatura en redes de cómputo y quería seguir con su trabajo una vez que saliera”, relata su hijo Ricardo.

NEGLIGENCIA

Sobre el caso, Ricardo no ha recibido copia de la carpeta de investigación y en la Fiscalía estatal no le dan más detalles sobre los tres sospechosos que habrían agredido a Jesús el 21 de marzo.

“Una de esas tres personas era de su misma celda, le apodaban el “Chillón”, aunque confesó no está detenido, sólo está así como aislado”, revela el familiar.

La investigación no presenta avances. La familia de Jesús por ello buscará otras alternativas, como contar la historia de lo ocurrido y recurrir a la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de México.