La deuda pública del Estado de México incrementó en casi 10 mil millones de pesos durante el sexenio de Eruviel Ávila Villegas, pues la administración de Enrique Peña en 2011 dejó pasivos por 28 mil 271 millones; pero la euvielista dejó una deuda de 38 mil 277 millones al actual mandatario, Alfredo del Mazo.
El anterior gobierno aumentó la deuda, aun cuando entre los años 2011 y 2017 el Estado de México obtuvo excedentes por más de 259 mil millones de pesos, es decir casi un presupuesto adicional.
La propia Auditoría Superior de la Federación revisó la deuda mexiquense y concluyó que la entidad presentó decrecimientos de 2008 a 2011, pero a partir del 2012 la tendencia fue creciente al registrar endeudamiento por 32 mil 258 millones y cerrar en 2017 con un saldo de 38 mil 277 millones.
El exauditor superior del Estado de México, Fernando Baz Ferreira anunció el año pasado que emitieron una observación al gobierno mexiquense por el monto de su deuda a corto plazo y le habían pedido mejorar sus condiciones, bajar sus obligaciones a pagar al corto plazo e incrementar sus ingresos, sobre todo la recaudación.
Sin embargo, por el monto del presupuesto estatal, que es el más alto de las entidades, el peso de los compromisos financieros no es tan fuerte.
Pidió ASF bajar gastos
En ese momento la ASF advirtió que la entidad debía contener el ritmo de crecimiento de sus egresos, pues de seguir la trayectoria de crecimiento se podrían generar balances deficitarios y advirtió que el gobierno no había presentado acciones concretas programadas que mostraran los objetivos y las líneas de acción a cumplir en materia de contención del gasto.
También observó que los ingresos recaudados por el Gobierno del Estado representaron el 11.9%, con lo cual se demostró una dependencia presupuestaria de los recursos federales y una limitada recaudación tributaria y no tributaria local, así que recomendó fortalecer la recaudación local a efecto de disminuir la dependencia presupuestaria de los recursos federales.
Asimismo, advirtió la necesidad de reducir el impacto de una caída en los ingresos transferidos por el Gobierno Federal, pues de no hacerlo tendría presiones en sus finanzas públicas que restringirían la capacidad financiera local para cumplir con el principio de sostenibilidad al obtener resultados superavitarios.
La ASF advirtió que Gobierno del Estado no tenía mucha flexibilidad para generar ahorro en sus finanzas públicas, al estar comprometido el 39.6% de sus ingresos en 2017 y el 43.0% en 2016. Además, reflejó que la mayor parte de los recursos recibidos se destinaron a gastos no etiquetados, sin incluir deuda pública.
La última entrega del informe de la Cuenta Pública 2017 hecho por la ASF exhibió que las participaciones federales que recibió tuvieron un crecimiento acelerado, pues en 2007 recibió 36 mil 837 millones y en 2017 obtuvo 95 mil 472 millones, un crecimiento del 159.2%, mientras que la deuda sólo se incrementó el 31.5%.
Crecimiento de la deuda mexiquense
Entre los años 2012 y 2017 la deuda pública del Estado de México incrementó de 32 mil 725 millones a 38 mil 277 millones, es decir, casi 5 mil 552 millones más, pero el mayor aumento se dio en el primer año de Ávila, entre 2011 y 2012, cuando pasó de 28 mil 271 a 32 mil725 millones, es decir: 4 mil 454 millones en solo un año.
De acuerdo con los datos de la Cuenta Pública 2017, el peso de la deuda no es tan alto porque los ingresos estatales crecieron al pasar de 146 mil 935 millones en el año 2011 a 291 mil millones en 2017.
En noviembre del 2017, por mayoría de votos, la anterior Legislatura autorizó al gobernador, Alfredo del Mazo a contratar 2 mil 800 millones de pesos de deuda a un plazo de 20 años para atender los daños provocados por el sismo del 19 de septiembre.
Pide del Mazo más deuda
El Ejecutivo nuevamente acaba de solicitar al Congreso su aval para contratar dos financiamientos hasta por 1,900 millones de pesos para distintos rubros que se sumarían a los más de 42 mil millones registrados hasta junio de este año.
Uno por 1, 266 millones 660 mil pesos para ser destinado al sector Comunicaciones y otro más por 633 millones 340 mil pesos para el fortalecimiento del sector Agua y Obra Pública y mejoramiento de la infraestructura estatal. Las propuestas serán analizadas por los legisladores.
De acuerdo con la última publicación de transparencia fiscal, del 30 de julio de 2018, Standard & Poor’s mantuvo la calificación crediticia del Estado de México en “mxA+” con perspectiva estable. La calificación, según las autoridades, refleja un desempeño presupuestal fuerte, lo que ha contribuido a mantener bajos niveles de deuda. Los resultados reflejan una administración financiera evaluada como satisfactoria.
Los exsecretarios de Finanzas
Los secretarios de Finanzas que laboraron con el exmandatario fueron: Raúl Murrieta Cummings durante casi un año, quien ocupó el mismo cargo con el exgobernador, Enrique Peña.
En su lugar llegó Erasto Martínez, quien estuvo en el cargo desde septiembre del 2012 a junio del 2015, año en el que llegó Joaquín Castillo, con quien concluyó el sexenio.
Las dos anteriores Legislaturas aprobaron cada año en la Ley de Ingresos que el Gobierno estatal tenía la posibilidad de contratar créditos hasta por un monto 3 mil 400 millones de pesos, más una cantidad a través de cuya suma el saldo de la deuda pública, al cierre de cada ejercicio fiscal no excediera el 60% de las participaciones anuales que corresponden al Gobierno mexiquense, sus ingresos propios y el importe del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas.
Por ello, el Ejecutivo ya no pidió autorización para contratar nuevos créditos, aunque el actual gobierno, pese a tener al aval para contratar hasta mil 900 millones, sí ha solicitado el visto bueno de la Legislatura con mayoría opositora.