Si bien hubo alegría al ver la fe y devoción, la tradicional feria del Carmen también provocó tensión y estrés entre los religiosos debido a la gran cantidad de gente que se congregó este sábado y domingo en el templo. Lo anterior debido a que el espacio fue insuficiente para recibir a los fieles.
Al respecto, el padre conventual y encargado de la Fiesta del Carmen, Rogelio Herrera García, platicó sobre la situación que prevaleció durante los días de festejo en el templo ubicado en el corazón de la ciudad.
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Explicó que hubo mucha tensión y estrés por la aglomeración de fieles pues, a pesar de que existe una guardia de honor que son los que ayudan a poner orden dentro de las actividades religiosa, hubo necesidad de acordonar ciertas áreas e instalar una carpa para ampliar el lugar.
“Hubo momentos en que los guardias tuvieron que decir hasta aquí pasan y permitir que fluyera la gente para permitir la entrada a los demás con una ruta ya establecida para que los fieles siguieran el camino”, dijo.
Asimismo, mencionó que además de las medidas sanitarias como toma de temperatura y la repartición de gel antibacterial, estuvieron sanitizando ciertas áreas de manera constante.
“Hubo necesidad inclusive de ante tanta gente pedirles que por favor guardarán la sana distancia y pensar en los niños y las personas de la tercera edad que se encontraban en ese momento”, indicó el sacerdote.
Aceptó que para esta edición no pensaron contar con tanta gente pues en pasadas ediciones los festejos se realizaron entre semana; sin embargo, ahora que tocó en sábado los fieles se desbordaron.
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“Yo estaba celebrando y sentía el calor de la gente y si me preocupe porque la ocupación tendría que ser del 70 por ciento. Si viví esta fiesta con mucha alegría de ver la fe, devoción y necesidad de la gente pues lloraba se escuchaba sus oraciones y plegarias, pero también hubo tensión y estrés”, narró el religioso.
Por otra parte, Herrera García detalló que el día domingo prácticamente tuvieron que correr a algunos danzantes, quienes colocaron puestos de venta y ofrecieron limpias en el atrio de la iglesia, actividad que nada tiene que ver con la tradición de la festividad.
“Les tuve que decir si venían a ver a la virgen o a hacer sus limpias" . Ante esto, detalló que los danzantes le contestaron que era sólo para ayudar a la gente por lo que les indicó que “si fuera por querer ayudar a la gente no se les cobra pues las bendiciones son gratuitas y ellos estaban lucrando”.